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No es sólo azúcar: ¿Qué hay en las chucherías?

Entran en la categoría de alimentos ultraprocesados con azúcar añadido, grasas saturadas, colorantes y otros ingredientes artificiales

La creciente tasa de sobrepeso y obesidad en niños y adolescentes guarda una relación estrecha con el consumo de alimentos ultraprocesados (UPF), que también se relacionan con problemas de salud dental y, a pesar de su elevado contenido calórico, deficiencia de nutrientes esenciales.

Las calorías que tienen los dulces de este tipo proceden fundamentalmente de azúcares añadidos y grasas saturadas. La mayor parte de ellos alcanzan la cantidad diaria recomendada en una única ración.

Las chucherías analizadas por esta experta, autora en la página especializada Healthnews, contenían entre 3 y 8 cucharadas de azúcar. Esta «sobrecarga» contribuye enormemente a superar el umbral recomendado.

En una dieta equilibrada, solo 250-350 calorías de las que ingerimos al día deben proceder de azúcares o grasas saturadas. Para niños, la cantidad es menor: entre 50 y 250 dependiendo del grupo de edad.

En su opinión, dar a los niños un capricho durante una celebración puntual no tiene por qué afectar a su salud a largo plazo. No obstante, el consumo regular sí puede resultar dañino, sobre todo si este tipo de alimentos acaban sustituyendo a los más saludables, haciendo que exista una deficiencia de nutrientes importantes.

Grasas saturadas: enemigo en la sombra

De acuerdo con las recomendaciones de las sociedades científicas, la ingesta de grasas saturadas debería mantenerse por debajo del 10% de las calorías que tomamos al día. En una dieta estándar de 2.000 calorías diarias, eso equivale aproximadamente a 20 gramos.

Algunos estudios sugieren que simplemente reduciendo un 5% de las calorías ingeridas por grasas saturadas y sustituyéndolas por ácidos grasos no saturados, la reducción del riesgo cardiovascular puede oscilar entre el 9% y el 25%.

Algunos dulces típicos de la fiesta de Halloween, como ciertas chocolatinas, tienen suficiente grasa saturada para superar la cantidad diaria recomendada, de nuevo, en una sola ración.

¿Y la sal?

Otra recomendación clave es la reducción del consumo de sal en niños para evitar la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares en etapas posteriores de la vida.

En la actualidad, el límite es de 1.200-2.300 miligramos al día en función de la edad. Reducir el consumo, también en la infancia, puede hacer que se reduzca la enfermedad coronaria (3-6%), el ictus (3-5%) y la mortalidad por causas cardiovasculares (4-9%).

En realidad, solo una pequeña parte de la sal que ingerimos viene directamente de la que contienen los alimentos o la que usamos al cocinar. En muchos casos, es la que contienen los alimentos ultraprocesados.

Los postres y las chucherías también contienen sal, aunque no todos. Entre las chuches analizadas, había niveles que oscilaban entre los 10 miligramos y los 150 miligramos por ración. Algunas no contenían sodio. Lo que Vigeliene destaca es que hay que tener en cuenta que las chucherías y otros alimentos ultraprocesados pueden hacer que superemos fácilmente los límites diarios de sodio, y que muchas veces son alimentos dulces.