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La lechuga, un producto con contraindicaciones

El alimento estrella de las ensaladas suele ser la lechuga, uno de los productos que no puede faltar en una dieta. Se trata de un vegetal bajo en calorías, que también cuenta con una serie de contraindicaciones. No le sienta bien a todo el mundo que la come. Vamos a explicar los posibles efectos que puede tener sobre el organismo y las alternativas más beneficiosas.

El secreto de las lechugas está en una sustancia que se halla en el tronco, que aporta a nuestro organismo una sustancia relajante y tranquilizante. Además disminuye la velocidad del metabolismo. Los efectos de esta sustancia se incrementan en el caso de que la lechuga se cueza.  Esa sensación de relajación se traducirá con el tiempo en un aumento de la retención de líquidos en algunas zonas del cuerpo, junto con la proliferación de gases que provocan malestar e hinchazón.

Sin embargo tenemos la opción de descartar la lechuga y buscar alternativas que resultan igual de saludables en lo que se refiere a nutrientes básicos. Entre otros destacamos la hoja de roble, la escarola o las endivias. Pese a contar con características similares a la lechuga no nos hincharán tanto.

También hay que destacar el efecto diurético de las lechugas, que permiten que nuestro organismo permanezca más depurado y en perfecto estado. En el caso de que este vegetal no nos siente bien tenemos la posibilidad de decantarnos por otras verduras como el pepino, cebolla, espinacas, berros, zanahoria o pepino. Una ensalada con todos estos ingredientes serán muy beneficiosos para el correcto funcionamiento del organismo y además te evitarás el hinchazón.

Recordemos que la lechuga cuenta con muy pocas calorías, por lo que el riesgo de engordar no existe. Por eso hay que tener cuidado con las salsas y demás ingredientes que le sumemos a la ensalada.