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Éstas son las bacterias de la boca que aumentan el riesgo de padecer depresión o alzheimer

En la enfermedad de Alzheimer, el patógeno más estudiado es la Porphyromonas gingivalis; mientras que el Fusobacterium nucleatum se asocia con la depresión

Las bacterias periodontales y sus productos tóxicos, junto con los mediadores proinflamatorios que se producen a nivel local en los tejidos periodontales inflamados, pueden alcanzar al torrente sanguíneo y cruzar la barrera hematoencefálica. «Esto produce inflamación a nivel cerebral, dando lugar a un estado de depresión o al proceso neurodegenerativo característico de la enfermedad de Alzheimer», según ha destacado el periodoncista Yago Leira en el marco del Congreso de la Periodoncia y la Salud Bucal que se ha celebrado en Bilbao (Sepa Bilbao’24).

En un simposio de Periodoncia y Hábitos Saludables se han expuesto una serie de indicaciones para mejorar la salud general de los pacientes que acuden a la consulta dental, donde se han mostrado datos sugerentes sobre el impacto de la microbiota oral en el riesgo de desarrollo de depresión o de enfermedad de Alzheimer.

Microorganismos orales «de riesgo»

La depresión y la enfermedad de Alzheimer son dos condiciones altamente prevalentes en el mundo, al igual que sucede con las enfermedades de las encías. “Comparten mecanismos fisiopatológicos comunes que hacen que la periodontitis, sobre todo por su relación con un estado neuroinflamatorio crónico, pueda contribuir de manera significativa a la aparición o progresión de las mismas», aclara este experto, que recientemente ha liderado un informe científico del Grupo de Trabajo de la Sociedad Española de Periodoncia (SEPA) y la Sociedad Española de Neurología (SEN), que evalúa la asociación entre periodontitis, enfermedad cerebrovascular y demencia.

Entre otras evidencias, este informe pone de relieve que la periodontitis no solo aumenta el riesgo de padecer ictus isquémico y demencia de tipo Alzheimer, sino que también se sugiere que diferentes intervenciones de salud oral pueden reducir el riesgo de sufrir estos desórdenes neurológicos; igualmente, se señala que marcadores de riesgo como la periodontitis son de gran ayuda para tratar de evitar, reducir o minimizar el impacto de estos desórdenes neurológicos.

En el caso de la depresión, la evidencia científica actual aún es escasa, pero apunta tendencias de interés. «Estudios experimentales han observado que uno de los periodontopatógenos que es capaz de cruzar la barrera hematoencefálica causando neuroinflamación en un modelo combinado de depresión e infección periodontal es el Fusobacterium nucleatum», según el Dr. Leira.

En cuanto a la enfermedad de Alzheimer, el patógeno más estudiado es la Porphyromonas gingivalis que, junto con sus productos tóxicos (lipopolisacáridos y gingipaínas), en modelos animales se ha demostrado que puede causar neuroinflamación, neurodegeneración y muerte neuronal. Además, en cerebros postmortem de pacientes con enfermedad de Alzheimer se ha detectado esta bacteria.

Pero no es el único microorganismo involucrado en la patogenia de esta enfermedad. Bacterias periodontales, como especies de Treponema, también se han podido detectar en cerebros de estos pacientes. Además, estudios en animales revelan un papel relevante de la infección por Treponema denticola en la hiperfosforilación de Tau, proteína responsable de la formación de ovillos neurofibrilares (que son típicos de la enfermedad de Alzheimer).

Estos hallazgos pueden resultar de especial interés en la práctica clínica. «Conocer las principales bacterias que puedan estar involucradas en la relación entre la periodontitis y estas enfermedades tan prevalentes pueden determinar el desarrollo de terapias antiinfecciosas específicas, dirigidas a bloquear o inhibir la producción o actividad de las mismas, pudiendo tener un efecto beneficioso en el curso de la depresión y el Alzheimer», señala el Dr. Yago Leira.

Microbioma oral y periodontitis

Y es que la investigación del microbioma oral está siendo especial fructífera y floreciente en estos momentos. De hecho, en otra de las sesiones científicas de este Congreso, un simposio organizado conjuntamente por Sepa y por la Federación IberoPanamericana de Periodoncia (FIPP), la Dra. Gloria Lafaurie, de la Unidad de Investigación Básica Oral de la Universidad El Bosque de Bogotá (Colombia), ha incidido en la incidencia que la localización geográfica puede tener en la relación que se establece entre el microbioma y la aparición de periodontitis.

Esta experta ha resumido los resultados de una revisión sistemática entre 2015 y 2023 que evalúa la presencia global de microorganismos periodontales en microbiomas subgingivales, aclarando la importancia y el papel de estos microorganismos en la presencia y progresión de la periodontitis, y poniendo de relieve cómo la variación entre los estudios se relaciona con la ubicación geográfica.

Un aspecto de interés que se desprende de este análisis es la diferencia en la microbiología oral de los pacientes europeos respecto a los sudamericanos. En general, el microbioma oral es mucho más diverso entre los sudamericanos, siendo mucho más frecuentes en esta población especies de Porphyromonas gingivalis que en los europeos (aunque España cuenta con las tasas más altas de prevalencia de esta batería periodontopatógena).

Los cambios en el microbioma oral no solo afectan a los tejidos periodontales, sino que también inciden en los cambios del microbioma intestinal; esto, induce también cambios en diferentes procesos metabólicos del organismo, aumentando el riesgo de enfermedades crónicas (como la enfermedad cardiovascular, la diabetes y las enfermedades neurodegenerativas, entre otras).