Deporte en la infancia: la importancia de revisar la salud del corazón antes de empezar
Un sencillo examen previo permite detectar problemas cardíacos ocultos y prevenir complicaciones en la práctica deportiva infantil y juvenil.
La práctica deportiva es un pilar fundamental en la infancia: fomenta hábitos saludables, mejora el desarrollo físico y fortalece valores como la disciplina o el trabajo en equipo. Sin embargo, no debemos olvidar que el deporte también supone un esfuerzo para el corazón, un órgano que en ocasiones puede presentar alteraciones ocultas. De ahí la importancia de realizar una evaluación cardiovascular previa en edad pediátrica, una medida que ayuda a prevenir complicaciones y, en algunos casos, puede salvar vidas.
“La realización de los reconocimientos deportivos previos a la práctica deportiva tiene como objetivo principal detectar anomalías cardiovasculares que puedan constituir un riesgo vital o de enfermedad para el niño y el adolescente durante la práctica deportiva, así como determinar la aptitud del niño y el adolescente para practicar deporte desde el punto de vista cardiovascular”, explica la Dra. Violeta Román Barba, especialista en Pediatría y Cardiología Pediátrica del Hospital Quirónsalud Ciudad Real.
¿En qué consiste la evaluación cardiovascular?
La doctora Román subraya que el proceso va mucho más allá de un simple chequeo: “Se trata de la realización de un cuestionario exhaustivo en cuanto a anamnesis, antecedentes personales (AP) y familiares (AF), además de una minuciosa exploración física. La realización de un electrocardiograma (ECG) de forma sistemática, y pruebas de imagen en aquellos que lo necesiten”.
Este enfoque permite detectar precozmente anomalías cardíacas y valorar la salud del sistema cardiovascular en relación con el deporte.
Niños sanos, pero con riesgos ocultos
Uno de los grandes retos es que muchas cardiopatías son asintomáticas hasta que se desencadenan durante un esfuerzo físico intenso. La muerte súbita cardiaca en menores de 35 años tiene una incidencia que oscila entre 0,3 y 3,6 casos por cada 100.000 personas al año, con predominio en varones. En el 90% de los casos, el origen es cardiovascular.
Entre las principales causas se encuentran las miocardiopatías (hipertrófica, dilatada o arritmogénica), las anomalías congénitas de las arterias coronarias, así como canalopatías, valvulopatías, síndrome de Marfan o secuelas de miocarditis. “También se han descrito casos de fibrosis miocárdica como posible secuela de miocarditis y aterosclerosis coronaria precoz”, detalla la especialista.
Por eso, recomienda la evaluación no sólo en niños con antecedentes familiares, sino también en aquellos que se inician en deportes de competición o con una carga física elevada.
Beneficios a corto y largo plazo
El chequeo cardiovascular no sólo aporta tranquilidad a padres y entrenadores, sino que también permite adaptar el deporte a las necesidades de cada niño. En ocasiones, detectar una alteración no implica abandonar la actividad, sino ajustar la intensidad o el tipo de entrenamiento.
Además, la evaluación abre la puerta a la educación en hábitos de vida saludables: alimentación equilibrada, control del peso, descanso adecuado y revisiones periódicas.
Deporte sí, pero con seguridad
La muerte súbita en jóvenes deportistas, aunque poco frecuente, es un hecho que conmueve a la sociedad y que puede prevenirse, en muchos casos, con una simple revisión. En España existen diferentes normativas y protocolos que avalan la necesidad de este tipo de evaluaciones. Desde las Guías de Práctica Clínica de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) hasta la Ley Orgánica 3/2013 de protección de la salud del deportista, todas coinciden en la importancia de los reconocimientos médicos previos.
Los especialistas insisten en normalizar estas evaluaciones del mismo modo que aceptamos otras revisiones pediátricas rutinarias: como un paso más en el cuidado integral de la salud infantil. “En el Hospital Quirónsalud Ciudad Real disponemos de todos los medios técnicos y humanos para la realización de este tipo de evaluación cardiovascular en menores y contribuir así a la prevención y el cuidado de la salud de niños y adolescentes deportistas”, concluye la Dra. Román.
La práctica deportiva en la infancia y adolescencia es, sin duda, uno de los mejores legados que se pueden transmitir. Sin embargo, antes de calzarse las zapatillas, conviene escuchar al corazón. La evaluación cardiovascular pediátrica es una herramienta accesible, eficaz y preventiva que no sólo protege a los más pequeños, sino que también aporta confianza a las familias y entrenadores.
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