Crisis de violencia en sanidad: 2.840 agresiones a enfermeras en España en 2023
Las regiones que menos agresiones han notificado son Ceuta, Melilla, Comunidad Valenciana, Madrid o Extremadura
En 2023 se denunciaron un total de 2.840 agresiones a enfermeras en España, ocho diarias de media, según los datos del Observatorio de Agresiones del Consejo General de Enfermería (CGE), lo que supone un incremento de más del 10 por ciento más con respecto al año anterior, cuando se registraron 2.580 incidentes.
«Hay límites que no se pueden traspasar, porque la abnegación de nuestras profesionales no implica soportar vejaciones ni agresiones. Con la violencia, ya sea verbal o física, debemos tener tolerancia cero. No hay justificación alguna para sentir miedo o sufrir lesiones, amenazas ni ultrajes cuando uno simplemente desempeña su labor en su puesto de trabajo», señala el presidente del Consejo General de Enfermería, Florentino Pérez Raya.
Esta semana se han conocido casos de agresiones a enfermeras en Canarias o Cádiz, mientras que el informe destaca el aumento de casos con respecto a 2022 en Aragón (+145), Canarias (+142), Islas Baleares (+101) y Cantabria (+72). Por comunidades autónomas, Andalucía es la que ha registro un mayor número de estos sucesos, con 752, seguida de Baleares (369), Aragón (242), Castilla y León (232) y Galicia (212), navarra (199), Murcia (165), Asturias (155), Canarias (153) y Castilla-La Mancha (136).
Por el contrario, las regiones que menos agresiones han notificado son Ceuta (1) Melilla (1), Extremadura (14), Comunidad Valenciana (15), Madrid (30), Cataluña (31), La Rioja (53) y Cantabria (80). Mientras no hay datos en el País Vasco.
Por su parte, el director del Observatorio de Agresiones, y secretario general del CGE, Diego Ayuso, explica que «este aumento no se ha debido realmente a que las agresiones se incrementen en estas regiones de forma tan alarmante, sino a que hay una mayor concienciación de los profesionales a la hora de denunciar y una mayor sensibilidad a la hora de registrar los datos por parte de las comunidades autónomas».
Para Ayuso, estos datos no reflejan el total de las agresiones reales. «Sabemos que hay una infra notificación de incidentes violentos en nuestros centros sanitarios, especialmente cuando se refieren a insultos y amenazas, porque no se denuncian. De ahí, que desde el Consejo General de Enfermería siempre insistamos en la necesidad de denunciar estos hechos, pues una agresión, ya sea física o verbal, que no se denuncia, es un hecho que no se conoce y, por tanto, no existe», señala.
El profesional que sufre una agresión, ya sea verbal o física, puede padecer «mucha frustración, mucha preocupación», y, también, le puede provocar una baja laboral y afectarle a nivel profesional en la forma desarrollar su actividad, «pues muchas veces quien sufre una agresión piensa que ha hecho algo mal, cuando realmente es una situación que no tiene que ver con la actitud o con la profesionalidad de esa compañera».
Muy al contrario, esta situación se puede dar por «el estrés y la ansiedad que padece un paciente o un familiar, por no ver satisfechas sus expectativas, por las deficiencias del sistema y no por la actuación concreta de un profesional», ha subrayado Ayuso.
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