Comer sólo manzanas como Blancanieves: una experta alerta de los riesgos de la dieta Disney
"Hablamos de pautas como ayunar como Ariel o limitarse a 600 calorías como Cenicienta"
La llamada ‘Dieta Disney’ se ha viralizado en TikTok e Instagram con retos que imitan lo que comerían personajes de dibujos animados. Esto implica, por ejemplo, pasar un día comiendo solo manzanas como Blancanieves o ayunar completamente como Ariel.
La doctora Alicia Hita, docente de Psicología y Educación y coach del curso de Coaching e Inteligencia Emocional de Deusto Salud, cuenta con amplia experiencia en el acompañamiento de adolescentes y jóvenes en el ámbito educativo y emocional. La especialista analiza los riesgos de estas dietas virales, explica por qué logran tanta popularidad entre los más jóvenes y ofrece claves para que familias y educadores puedan detectarlas y prevenir sus consecuencias.
PREGUNTA.- La llamada ‘Dieta Disney’ se ha viralizado en redes sociales entre adolescentes y jóvenes. ¿Qué riesgos reales conlleva seguir este tipo de pautas alimentarias?
RESPUESTA.- La ‘Dieta Disney’ es un reto que circula en redes sociales (especialmente en TikTok o Instagram) y que plantea comer sólo la cantidad y el tipo de alimentos que consumiría el personaje principal de dibujos animados en sus películas, os pongo el ejemplo:día de Blancanieves donde solo se permite consumir manzanas (en algunas versiones hasta cinco manzanas en todo el día); la dieta Ariel (La Sirenita) que implica ayuno completo y solo se bebe agua o día de Cenicienta donde se puede comer únicamente antes del mediodía, limitándose a 550–600 calorías.
Seguir la ‘Dieta Disney’ implica adoptar pautas alimenticias extremadamente restrictivas y, en muchos casos, desequilibradas. El principal riesgo es que puede desencadenar o agravar Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), como anorexia nerviosa o bulimia, debido a la severa limitación calórica y la obsesión con la pérdida de peso. Además, puede generar déficits nutricionales, alteraciones en el metabolismo y afectar la salud física, como debilidad muscular, problemas óseos y alteraciones hormonales. A nivel mental, fomenta una relación disfuncional con la comida, ansiedad, baja autoestima y sentimientos de culpa.
P.- Desde su experiencia en consulta y docencia, ¿por qué cree que este tipo de dietas restrictivas consiguen tanta popularidad en plataformas como TikTok o Instagram?
R.- La popularidad de estas dietas en redes sociales se debe a varios factores: por un lado, la búsqueda de aceptación social y la influencia de figuras públicas que promueven ciertos ideales de belleza; por otro, la tendencia a buscar soluciones rápidas y fáciles para mejorar la apariencia. La viralización y el formato visual de estas plataformas facilitan la difusión de mensajes impactantes, aunque no siempre basados en evidencia científica. Además, los adolescentes y jóvenes están en una etapa de desarrollo emocional y autoestima vulnerable, lo que puede hacer que estas dietas parezcan una vía sencilla para conseguir la aceptación y la autoestima deseada.
P.- ¿Qué señales de alerta deben vigilar familias y educadores para detectar si un joven está siguiendo dietas extremas como esta?
R.- A veces es complicado detectar un TCA de manera temprana, pero podemos estar atentos a las señales de alarma, que incluyen: pérdida significativa de peso en poco tiempo, evitación de ciertos grupos de alimentos, obsesión por contar calorías o por el peso, ansiedad o irritabilidad ante la comida, cambios en el estado de ánimo, aislamiento social, disminución del rendimiento escolar, y comentarios negativos sobre su cuerpo o alimentación. También es importante estar atentos a comportamientos compulsivos, como pesar la comida constantemente o esconder la comida, así como pesarse continuamente, o hablar única y exclusivamente de la comida.
P.- ¿Qué efectos a corto y largo plazo puede tener la ‘dieta Disney’ en la salud física y mental de quienes la adoptan?
R.- A corto plazo, al reducir de manera tan drástica la ingesta de alimentos, pueden aparecer cansancio, irritabilidad, mareos o dificultad para concentrarse. También es habitual que surjan conductas de aislamiento social, obsesión por el peso o por lo que se come y un elevado nivel de ansiedad cuando no se logra cumplir el reto.
A largo plazo, mantener una alimentación insuficiente compromete el crecimiento, el desarrollo hormonal y la salud ósea. Pero no solo hablamos de consecuencias físicas: la salud mental también se ve seriamente afectada. Este tipo de prácticas favorece una relación poco saludable con la comida, que puede desembocar en un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA), caracterizado por el miedo intenso a engordar y la obsesión por adelgazar. Además, es frecuente que estos cuadros se acompañen de otros problemas como depresión, ansiedad o incluso adicciones.
P.- ¿Qué papel juegan los creadores de contenido y las propias plataformas digitales en la difusión de dietas de riesgo?
R.- Los creadores de contenido tienen una gran influencia (por esto se les denomina ‘influencers’) en sus seguidores, especialmente entre adolescentes. Cuando promueven dietas restrictivas sin evidencia científica, contribuyen a normalizar comportamientos peligrosos, ideales de belleza irreales o prácticas de ‘»autocuidado» que ponen en riesgo la salud. Las plataformas digitales, por su parte, muchas veces priorizan contenido viral y sensacionalista, sin una regulación adecuada, lo que facilita la difusión de mensajes dañinos. Es importante que estas plataformas implementen medidas para identificar y reducir la propagación de contenidos que puedan poner en riesgo la salud de los usuarios.
P.- ¿Qué medidas preventivas deberían implementarse desde el ámbito sanitario y educativo para frenar la influencia de estas tendencias?
R.- Es fundamental promover la educación nutricional desde etapas tempranas, fomentando una percepción saludable de la alimentación y la imagen corporal. Desde mi experiencia, la familia tiene un papel clave: la comunicación y expresión de los sentimientos, problemas o preocupaciones es fundamental para una buena gestión de la salud mental. Los colegios y universidades deben incluir programas de prevención de TCA y alfabetización digital. Desde el ámbito sanitario, es necesario fortalecer la detección precoz y ofrecer recursos para tratar estos problemas. Además, las plataformas digitales deben colaborar con profesionales para regular contenidos peligrosos y promover mensajes basados en evidencia.
P.- ¿Qué alternativas saludables y realistas se pueden promover para los jóvenes que buscan perder peso o «mejorar su imagen» sin caer en riesgos alimentarios?
R.- Es recomendable fomentar hábitos alimenticios equilibrados, ricos en frutas, verduras, proteínas magras y cereales integrales, acompañados de actividad física regular y descanso adecuado. También es importante trabajar en la aceptación corporal y en la autoestima, promoviendo una visión positiva de uno mismo. La orientación por profesionales en nutrición y psicología puede ayudar a establecer metas realistas y sostenibles, centradas en la salud y el bienestar, no solo en la apariencia, sino en una salud holística. La clave sería mirarnos al espejo y pensar ‘»soy más que lo que veo a simple vista» y cuidar de todo ello.
P.- ¿Cómo pueden las instituciones sanitarias y las sociedades científicas contrarrestar la viralidad de mensajes engañosos relacionados con la nutrición?
R.- Al igual que se hacen virales determinados contenidos, deberían hacerse virales campañas de sensibilización basadas en evidencia científica, dirigidas a diferentes públicos, especialmente jóvenes y padres. La colaboración con medios de comunicación y plataformas digitales para difundir mensajes correctos y prevenir la desinformación es clave. Además, promover la formación de profesionales en salud mental y nutrición para ofrecer una atención adecuada y temprana, y facilitar recursos accesibles para quienes puedan estar en riesgo, contribuirá a reducir el impacto de estas tendencias dañinas.
P.- ¿Qué mensaje le gustaría trasladar directamente a los jóvenes que sienten la tentación de probar la ‘dieta Disney’?
R.- Lo principal es recordar que el valor de una persona, no se mide por su peso o su apariencia. La salud integral, tanto física como emocional, es lo más importante. Buscar soluciones rápidas puede poner en riesgo la salud y crear problemas que serán difíciles de superar, sin ir más lejos, en el hospital de día, presencié el fallecimiento de una niña de 10 años con anorexia. Es fundamental confiar en profesionales y rodearse de apoyo, tener alguien de confianza a quien contarle las preocupaciones diarias y entender que la verdadera belleza y autoestima vienen de aceptarse y cuidarse desde el respeto y el cariño hacia uno mismo. Recordar que, cuando tenemos buena salud, tenemos muchísimos sueños; pero cuando no tenemos buena salud, sólo tenemos un sueño.
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