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Cirugía robótica: Una técnica que permite intervenir en condiciones que antes no eran operables

Cirujanos de diversas especialidades explican cómo la cirugía asistida está transformando los resultados de las intervenciones quirúrgicas

Cirugía robótica: la alternativa eficaz en cáncer de páncreas frente a los tratamientos convencionales

En solamente dos décadas, el panorama de la cirugía ha pasado por una profunda transformación en la que las nuevas tecnologías han desempeñado un papel fundamental. La cirugía robótica ha supuesto un cambio radical (en la jerga médica lo califican de «cambio de paradigma») en beneficio de procedimientos cada vez menos invasivos e incluyendo un amplio abanico de opciones. Muchas combinan la robótica con los procedimientos convencionales. El resultado es una mayor precisión y una recuperación más fácil y rápida.

La evolución hacia la cirugía robótica hace posible descartar la necesidad de practicar grandes incisiones y prolongar el tiempo que los pacientes pasan anestesiados. Es un «instrumento en manos de los humanos» con un potencial aún mayor de cara al futuro del que ya ha desplegado en los últimos tiempos, según expertos en cirugía de la Universidad de Columbia (Nueva York, Estados Unidos).

Además de aportar las ventajas de dejar cicatrices más pequeñas, reducir los días de ingreso en el hospital, atenuar el dolor y acelerar la recuperación, hay algunas especialidades en las que la cirugía robótica ha supuesto poder intervenir en condiciones que antes no eran operables.

Corazón

Arnar Geirsson, responsable del Programa de Cirugía Robótica Cardiaca en Columbia ha apoyado este tipo de innovación desde su época de residente, hace quince años. «Siempre tuve interés y creo que se puede reducir el daño a los pacientes cuando se opera, provocar menor estrés psicológico y una recuperación más rápida, ese debería ser nuestro objetivo», dice.

Hay complejidades en la anatomía del corazón que hacen que en este campo concreto la aplicación de la cirugía robótica tenga limitaciones. Algunas malformaciones hacen imposible operar en un espacio tan reducido con pocas incisiones pequeñas. «Si tienes enfermedad de las válvulas, o sobre todo si tienes enfermedad coronaria y vas a necesitar otra operación, no deberías optar por la cirugía robótica, es mejor abordar estos casos con una esternotomía (incisión vertical para la separación de la caja torácico y acceso al corazón)», ha explicado.

Aparte de los motivos identificados por los cuales es mejor evitar la robótica, las complicaciones con estos procedimientos son «extremadamente raras». Según Geirsson, «es posible cambiar de forma drástica la vida de los pacientes, tanto por la mejoría en la supervivencia como en términos de calidad de vida».

Hígado

Jason Hawksworth, especializado en cirugía hepática, explica que la abundancia de vasos sanguíneos del hígado es un reto para la cirugía convencional, ya que cuando hay que extirpar tumores de gran tamaño o reconstruir vasos las hemorragias pueden presentar una dificultad añadida para el cirujano. «La cirugía robótica es en cierto modo una solución a ese problema, porque es un tipo de tecnología que facilita enormemente la intervención mínimamente invasiva del hígado», explica. Los resultados son tan satisfactorios que la su forma de trabajar por completo: «Más del 90% de mi práctica se realiza de forma robótica».

Dina Podolsky, cirujana especializada en reparación de hernias, explica que la visualización, la flexibilidad y el movimiento que ofrece la cirugía robótica cambia el escenario por completo, porque «ha permitido a los cirujanos realizar intervenciones complejas con incisiones mínimas». Eso quiere decir que los pacientes disfrutan de las ventajas de la cirugía mínimamente invasiva y que los cirujanos tienen acceso a tecnología avanzada, añade.

Hawksworth explica que la ampliación de las imágenes es clave: «Se ve realmente muy bien; la cámara es como un microscopio de diez aumentos, así que los detalles se aprecian incluso mejor que en la cirugía abierta». Asimismo, ha añadido que la ergonomía es óptima para la longevidad del cirujano, al contrario que la laparoscopia (sin robot), que supone un desgaste importante para los médicos.