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La cardiología olvida a las mujeres: sólo un 20% participa en los ensayos clínicos

El 80% de los estudios médicos históricos se han centrado en hombres o no han diferenciado resultados por sexo

  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

España se ha situado en los últimos años como un referente en ensayos clínicos de nuevos medicamentos. Así, de los 1.944 ensayos clínicos autorizados en la Unión Europea a través del nuevo sistema de registros centralizados CTIS (que arrancó el 31 de enero de 2022, pero solo fue obligatorio desde el 31 de enero de 2023), los centros españoles participaron en 845, un 43% del total, lo que sitúa a España en el primer país de Europa en este ámbito, por delante de Francia con 734 participaciones en ensayos y Alemania con 697.

Sin embargo, las mujeres están infrarrepresentadas en los ensayos clínicos de ámbito cardiovascular, según ha asegurado la Directora General de Daiichi Sankyo España, Inmaculada Gil Radabán, que además, ha explicado, durante el evento La salud sí tiene género que ha organizado Women Leaders in Healthcare (WLHC), que «las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de fallecimiento en mujeres en nuestro país y detrás de estos datos se han identificado diferencias de género en la atención sanitaria que repercuten en los resultados de salud».

En este sentido, insiste en que «es urgente cambiar las políticas y prácticas en la atención cardiovascular a las mujeres, especialmente considerando que, por ejemplo, el 74% de los hombres recibe tratamiento para el colesterol, frente a sólo el 54% de las mujeres».

El 80% de los estudios médicos históricos se han centrado en hombres o no han diferenciado resultados por sexo. Esta falta de investigación diferencial significa que muchas enfermedades se diagnostican y tratan con base en un modelo masculino, ignorando las particularidades del cuerpo femenino. Como resultado, las mujeres tienen un 50% más de probabilidades de ser mal diagnosticadas cuando experimentan, por ejemplo, un infarto.

En lo que respecta al impacto económico de la brecha de género en la salud en Europa, según un informe del European Institute for Gender Equality (EIGE), las mujeres con enfermedades crónicas tienen una tasa de absentismo un 40% mayor que los hombres. Este absentismo tiene un impacto directo en la productividad y la economía general.

En este contexto, la presidenta de la Asociación Española de Economía para la Salud, Anna García Altes, ha apuntado que «se estima en más de 20.000 millones de euros anuales el coste de las enfermedades cardiovasculares en mujeres en España», de manera que, «reducir la brecha en salud femenina podría ahorrar más de 10.000 millones de euros anuales en Europa al mejorar la prevención y el tratamiento de enfermedades en mujeres».

Asimismo, la mejora en estos aspectos, podría impulsar la economía en 1 billón de dólares para 2040 gracias a menos muertes prematuras y problemas de salud y a una mayor capacidad de las mujeres para contribuir a la economía y la sociedad. En definitiva, «por cada dólar invertido en la salud de las mujeres, se obtendrían 3 dólares en crecimiento económico», ha explicado García.

Y es que, nuestro país también lidera la coordinación y autorización de los ensayos multinacionales dentro de la Agencia Europea de Medicamentos. Así, a través de la Agencia Española de Medicamentos (Aemps), España fue el responsable de coordinar la autorización -lo que se conoce como Reporting Member State– de 350 ensayos clínicos en la Unión Europea, una cifra que nos sitúa por delante de Alemania con 314 y Francia con 248.

Por otra parte, una de las principales conclusiones del encuentro ha sido la necesidad de implementar políticas que promuevan la equidad en la investigación médica y la atención sanitaria para cerrar la brecha en salud femenina. Incluir a más mujeres en ensayos clínicos, «no solo mejoraría la calidad del cuidado y la generación de tratamientos más efectivos y específicos, sino que también contribuiría al bienestar de toda la sociedad», ha añadido la presidenta de la Comisión de Igualdad del Senado, Rosa Romero.

Por último, ha insistido en la importancia de dar una mayor visibilidad a los problemas de salud mental en mujeres, frecuentemente infradiagnosticados, y se deben incorporar criterios de equidad de género en la planificación de sistemas de salud. «Por último, todo esto no será posible sin una mayor colaboración entre sectores para diseñar políticas que aborden de manera integral las desigualdades en la salud femenina», ha concluido.