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Bacalao dorado: la receta portuguesa fácil y rápida

Aprende a cocinar bacalao dorado al estilo portugués: una receta fácil con bacalao desmigado, patatas paja y huevo que conquista a todos.

Receta de bacalao con tomate

Receta de arroz con bacalao

Tacos de bacalao rebozado

  • Francisco María
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El bacalao dorado es un plato clásico portugués pero que sigue triunfando en bares y restaurantes, no solo portugueses, sino españoles también. Mezcla la cremosidad del huevo, con el crujiente de las patatas y por supuesto el sabor un poco salado del bacalao. Aunque de primeras puede parecerte un plato complicado, no lo es, te enseñamos a hacerlo de forma sencilla.

Un poco de historia

Se dice que nació en el Bairro Alto de Lisboa, allá por el siglo XIX. El protagonista de esta historia fue un tabernero apellidado Brás (o Braz), que ideó una manera de aprovechar las sobras de bacalao desalado mezclándolas con patata frita y huevo. La idea era tan simple como brillante: un plato económico, nutritivo y, sobre todo, sabroso. Con el tiempo se popularizó en toda Portugal y hoy es difícil encontrar una casa o restaurante donde no se prepare.

El nombre de “bacalao dorado” se debe al color amarillo intenso que le dan los huevos y las patatas fritas. Ese tono es tan característico que, con solo verlo, ya abre el apetito.

Receta de bacalo dorado

Ingredientes

Elaboración

  1. Pelamos y cortamos las patatas. Necesitamos hacer una patata frita tipo paja. Para ello las cortaremos con una mandolina o un rallador, es muy rápido y cómodo. Las ponemos a continuación en un bol cubiertas con agua fría mientras preparamos el resto.
  2. Una vez desaladas las migas de bacalo, desmenuzamos las mismas un poco más para que no sean tan grandes, y las cocemos durante un par de minutos. Escurrimos y reservamos.
  3. Cortamos la cebolla en juliana muy fina, y en una sartén con un poco de aceite la pochamos.  Una vez pochada añadimos el bacalao, salteamos unos minutos más y apartamos del fuego.
  4. Ponemos otra sartén con abundante aceite para las patatas, vamos calentando el aceite. En paralelo escurrimos bien las patatas pasándolas después por papel de cocina si es necesario para que escurran bien el líquido. Las salamos y echamos en el aceite bien caliente. Freimos durante unos minutos hasta que queden bien crujientes y doradas como el nombre del plato.
  5. Sacamos, escurrimos y pasamos de nuevo por papel de cocina para que absorba un poco más de aceite. Mientras, batimos los huevos en otro recipiente.
  6. Volvemos a poner la sartén de la cebolla con el bacalao a calentar a fuego medio. Incorporamos las patatas y mezclamos suavemente. Incorporamos ahora los huevos batidos y mezclamos más suavemente aún apagando el fuego a la vez. Pues el huevo debe quedar jugoso y para ello no debemos cuajarlo mucho.
  7. Apartamos del fuego y emplatamos. Decoramos el bacalao dorado  con las aceitunas negras y un poquito de perejil.

El bacalao dorado, o bacalhau à Brás como lo llaman en Portugal, es uno de esos platos que conquistan por su sencillez. No necesita ingredientes caros ni técnicas complicadas, pero cuando llega a la mesa arranca sonrisas. Patatas, huevos, cebolla y bacalao: una combinación humilde que se ha convertido en emblema de la cocina lusa.

Consejos para un bacalao dorado de diez

El bacalao, protagonista

Lo más habitual es usar migas de bacalao desalado. Si tienes tiempo, compra un lomo y desálalo en casa: 24 a 36 horas en agua fría, cambiándola varias veces. El sabor será más auténtico.

La patata, fina y crujiente

Aquí no vale cortar a lo grande: deben ser tiras muy finas, casi como bastoncillos. Tradicionalmente se fríen en aceite hasta que quedan doradas, pero si prefieres una versión más ligera puedes hacerlas al horno o en freidora de aire. Lo importante es que mantengan el toque crujiente.

Huevos jugosos

El punto de los huevos es clave. No queremos ni una tortilla compacta ni un revuelto seco. Lo ideal es que queden cremosos, abrazando al bacalao y las patatas. Para conseguirlo, añádelos al final, con el fuego bajo, y retira la sartén justo antes de que terminen de cuajarse.

La cebolla, con calma

No tengas prisa con la cebolla: debe pocharse lentamente, hasta quedar tierna y dulce. Ese contraste suaviza la intensidad del bacalao y da equilibrio al plato.

El toque final

No olvides el perejil fresco picado y las aceitunas negras al servir. Más allá de adornar, aportan frescor y un contraste de sabor que redondea el conjunto.

Para disfrutarlo de verdad

El bacalao dorado pide ser comido al momento. Si lo dejas reposar, las patatas pierden su gracia y los huevos se pasan de cocción. Así que lo mejor es tenerlo todo listo, llamar a la mesa y servir recién hecho. Si nos atrevemos, incluso podemos hacer un plato de mar y montaña.

Al final, este plato demuestra que lo sencillo puede ser sublime. Con cuatro ingredientes bien tratados, Portugal nos regala un guiso rápido, sabroso y lleno de historia. Una receta humilde que ha viajado por generaciones, y que sigue conquistando paladares a cada bocado.