Albóndigas de pollo y níscalos
Las albóndigas de pollo y níscalos son una receta de otoño perfecta para aprovechar las setas de temporada y fundirlas con un ingrediente de lo más recurrente. La carne de pollo es un imprescindible de cualquier cocina, una aportación de proteínas que puede ser bienvenida en cualquier plato y, además, nos ayudará a cuidarnos por su bajo contenido en grasa. Estas albóndigas las podremos preparar y congelar, nos salvarán de más de un apuro y se podrán convertir en una cena rápida de las que triunfan. Toma nota de cómo prepararlas paso a paso y empieza a disfrutarlas.
Ingredientes:
- ½ kg de pechuga de pollo
- 150 gr de níscalos
- 50 gr de zanahoria
- 30 gr de cebolla
- 2 cucharadas de ajo en polvo
- 2 cucharadas de perejil fresco picado
- 2 cucharadas de salsa de tomate
- Sal
- Pimienta negra
Cómo preparar albóndigas de pollo y níscalos
- Empezamos esta receta preparando el fondo de verduras que nos permitirá disfrutar de unas albóndigas mucho más suaves y deliciosas.
- Pelamos y rallamos la zanahoria bien finita, este ingrediente se fundirá en una masa perfecta de sabor.
- Seguimos con las pechugas de pollo, nos las pueden preparar en la misma carnicería o en casa, simplemente las cortamos con el cuchillo y las picaremos hasta conseguir la base perfecta de unas albóndigas de carne.
- Lavamos los níscalos evitando que quede ninguna impureza. Los vamos a picar en el vaso de la batidora. Como son ingredientes con mucha agua, no tendremos que añadir nada más para que nos queden unas albóndigas suaves, este tipo de setas nos darán la cremosidad necesaria.
- Mezclamos la pechuga con los níscalos y la zanahoria. Obtendremos la base principal de estas albóndigas. Podemos hacer este paso directamente con las manos para empezar a darles forma.
- Incorporamos a la mezcla un poco de ajo en polvo si nos gusta su sabor, aunque también podemos hacerlas sin ajo, quedarán igual de bien.
- Rectificamos de sal y pimienta, les iremos dando forma a las albóndigas. Cuando las tenemos listas las podemos congelar directamente o cocinar al momento.
- En una sartén con un poco de aceite freímos estas albóndigas. Cuando estén doradas las vamos a retirar y colocar sobre papel absorbente para que eliminen todo el aceite sobrante.
- El complemento perfecto de cualquier albóndiga es una salsa de tomate. Vamos a mojarlas en esta salsa y servirlas como si fueran tapas individuales, decoramos con perejil picado. Tendremos listo un plato de picoteo sano y delicioso en un tiempo récord.
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