Opinión

Sánchez es nuestro arancel

  • Agustín de Grado
  • Subdirector y responsable del Área Política en OKDIARIO. Antes jefe de área en ABC, subdirector en La Razón y director de Informativos en Telemadrid.

Arancel. La nueva palabra de moda. Munición para Sánchez, que coge al vuelo todo lo que le sirva para ejercer como líder mundial «ante la extrema derecha y la derecha tradicional que la blanquea». Está Trump. Y enfrente, sólo Sánchez. Sin esperar a la reacción coordinada de la UE, con la pompa y el boato que tanto gusta en La Moncloa, nuestro presidente ha comparecido para ser el primero en dar respuesta al inquilino de la Casa Blanca. Qué valiente.

A Sánchez le da igual el muro arancelario de Trump. Le interesa que su propio muro no se venga abajo. Por eso compareció bajo el mensaje propagandístico de «Nuestros valores no están en venta». En su boca suena más falso que un euro de madera. Nadie como él ha hecho siempre todo lo contrario de lo que antes defendió como principio irrenunciable. Sánchez es un grouchomarxista de manual: «Tengo mis principios. Y si no le gustan, tengo otros». Y sea cuales sean, siempre están en venta por los votos que no tiene.

Ahora toca patalear contra Trump al son sincronizado que nos impongan los spin doctors de La Moncloa, reencarnados en Adam Smith tras ser bautizados de urgencia en la fe del libre mercado. A ver si con el terremoto mundial que lo ha sacudido pasa desapercibido lo que de verdad debería importarnos: que Sánchez es nuestro arancel, el impuesto que saquea nuestros bolsillos y lastra nuestro crecimiento económico.

Con el plazo abierto para la declaración de la renta, recordemos algunos hitos de la voracidad fiscal del Gobierno progresista, de la que no se libran familias, empresas o pensionistas.

Sánchez ha anunciado un «escudo» de 14.100 millones para «proteger a la economía española» del trumpazo arancelario. No rebajará impuestos a las pequeñas y medianas empresas ahogadas por la carga fiscal, lo que abaratarían sus productos. Las subsidiará con deuda pública. Empresas subsidiadas, ciudadanos subsidiados, economía subsidiada. Más socialismo. El arancel sanchista que grava a España.