Sánchez le ‘amnistía’, Évole le da jabón y Josu Ternera se burla de las víctimas

Las víctimas -como siempre- tienen razón: Josu Ternera, unos de los jefes de ETA más sanguinarios y bajo cuyo mandato la banda terrorista cometió algunos de sus atentados más mortíferos –Hipercor o la casa-cuartel de Zaragoza–, no será extraditado próximamente a España, como reclama la Audiencia Nacional, porque el Gobierno de Pedro Sánchez no quiere. Simple y llanamente. Es, como aseguran las víctimas, una amnistía encubierta. O por decirlo de una manera más clara: un amparo ignominioso del Gobierno a un asesino.

Que los tribunales de justicia pretendan juzgar a un asesino por el atentado contra la casa cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza, en el que fueron asesinadas once personas, entre ellas seis menores de edad, y el mismísimo Ejecutivo esté impidiendo que sea extraditado a España, revela la catadura moral de Pedro Sánchez. Puede decirse que esto es obstrucción a la justicia, porque Francia estaría dispuesta a entregar a Josu Ternera si el Ejecutivo pusiera un poco de su parte. Entretanto, Josu Ternera concede entrevistas en las que no expresa arrepentimiento alguno, todo lo contrario, y se convierte en protagonista de publirreportajes bajo la apariencia de documentales televisivos comandados por periodistas como Jordi Évole.

Es todo tan vomitivo que no es de extrañar la indignación de las víctimas del terrorismo. Será por los apoyos que Bildu presta a Sánchez para que siga en la Moncloa, será porque el abogado de Ternera ha amenazado con citar como testigo a Rodríguez Zapatero y otros socialistas involucrados en la negociación para el fin de ETA si su cliente es extraditado, será por mil motivos, pero lo cierto es que estamos ante un escándalo democrático: un Gobierno protegiendo a un asesino con el apoyo de sus terminales mediáticas. Se conoce que el progresismo es eso: impedir a toda costa que un criminal con las manos manchadas de sangre pueda pagar por sus actos. Si la amnistía a los golpistas supone la ruptura de la separación de poderes y del principio de igualdad, lo de Josu Ternera es una amnistía camuflada. Ni más ni menos. Una inmoralidad.