Renovación del CTA

Los escándalos de Medina Cantalejo que han llevado a la Federación a despedirle

La RFEF pone fin a la era de Medina Cantalejo como presidente del CTA, marcada por los escándalos

El 'caso Negreira', el descrédito del arbitraje español a nivel nacional e internacional e incluso denuncias han sido varias de las polémicas de esta etapa

Iturralde rabia como nunca tras el despido de Medina Cantalejo: «Nos quitan la independencia a los árbitros»

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Luis Medina Cantalejo, ex presidente del CTA.
Hugo Carrasco

La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha anunciado este jueves el despido de Luis Medina Cantalejo y de toda la cúpula directiva del Comité Técnico de Árbitros (CTA). Una medida esperada, tras tres años y medio en los que los escándalos en el entorno arbitral no han hecho más que sucederse. Comenzando por la explosión del caso Negreira, que intentó tapar, así como por el progresivo descenso del nivel del arbitraje español, consecuencia de una evidente disparidad de criterios y falta de autocrítica, que ha tocado fondo esta temporada que termina. Hacemos un repaso a todos los motivos que han llevado a Louzán a tomar la decisión de renovar por completo el sistema arbitral.

Medina Cantalejo llegó a la presidencia del CTA en diciembre de 2021, con Luis Rubiales aún a los mandos de la RFEF. El sevillano se hacía cargo del Comité después de la marcha de Velasco Carballo –su predecesor– a la UEFA. Nadie esperaba lo que sucedería en estos años en los que ha estado al frente del arbitraje español, en los que el descrédito ha sido completo, hasta el punto de que los colegiados españoles no son tenidos en cuenta por la FIFA.

Estallido del ‘caso Negreira’

El mayor escándalo llegó en febrero de 2023. Entonces, se descubrió que el Barcelona había estado pagando al vicepresidente de los árbitros entre 2001 y 2018. Los 8,4 millones de euros abonados por el club José María Enríquez Negreira –que había dejado su cargo en 2018, coincidiendo con el fin de los pagos– suponían una mancha para el arbitraje español difícil de reparar.

En lugar de depurar responsabilidades y hacer una limpieza profunda, que afectara a todo lo relacionado con el caso Negreira, Medina Cantalejo intentó que pasara de puntillas. Meses después ofrecía una rueda de prensa para dar explicaciones en las que no explicó absolutamente nada. Todo lo contrario. Intentó restar peso a la figura de Negreira dentro del CTA. Después, se supo que se le había requerido información sobre el caso en varias ocasiones y que el día en el que la Guardia Civil entró a registrar la sede que tienen en la Ciudad del Fútbol, prefirió quedarse en su hotel, pese a que los agentes estuvieron horas recabando información.

Además, atacó al único árbitro que tuvo la valentía de personarse en el caso: Estrada Fernández. A este colegiado llegó a llamarle «rata», en una de las reuniones que mantenían habitualmente los miembros del CTA. Todo, a pesar de que era el único de que, por su condición de pertenecer al Colegio Catalán, nunca pitó al Barcelona, por lo que estaba libre de sospecha. Durante esa época, Estrada era árbitro de VAR y, como denunció el propio árbitro, le obligaron a arbitrar un partido desde una furgoneta, en lugar de la Sala VOR.

Con Estrada Fernández tuvo más conflictos. De hecho, el ya ex árbitro le denunció junto a Luis Rubiales, Andreu Camps y Velasco Carballo por, presuntamente, haber utilizado para otros fines una cantidad de 1,92 millones de euros que debían haber sido destinados a la retribución del arbitraje.

La purga de Medina Cantalejo a los disidentes

No fue el único árbitro purgado por Medina Cantalejo por sus discrepancias con la cúpula del organismo que dirigía. Una temporada después, cesaba a Mateu Lahoz, que por aquel entonces era uno de los árbitros que contaba con el mayor peso internacional. Condenar al ostracismo o, directamente, despedir a los árbitros que tenían criterios distintos a los del CTA ha sido una de sus señas.

De esa forma ha conseguido que, como sucediera hace apenas unos días, los árbitros de Primera División le guardaran lealtad y le hicieran todo lo posible para mantenerle en el cargo. En una reunión previa a su despido, en la que los colegiados presentaron a Louzán el nuevo sindicato que han creado, le defendieron y le agradecieron su apoyo.

Descrédito nacional e internacional

Más allá del caso Negreira, de su purga a colegiados y otras acusaciones, Medina Cantalejo ha logrado llevar al arbitraje español al nivel más bajo que se recuerda en décadas. La falta de autocrítica y las justificaciones a las malas actuaciones de los colegiados han sido una constante en estos últimos años. Prueba de ello es que se haya referido en diversas ocasiones a que los penaltitos llegarían a su fin y que el VAR sería poco intervencionista. Esta última temporada, cualquier contacto leve en el área se señalaba como pena máxima y desde el videoarbitraje se ha batido el récord de intervenciones.

A esto se le suma una disparidad de criterios en temas como los contactos residuales en el área o las manos. Algo que ha llevado a la mayoría de los clubes de Primera y Segunda División a explotar públicamente contra los árbitros. No han sido los únicos, puesto que la FIFA ha castigado al fútbol español dejándole sin representantes arbitrales en el Mundial de Clubes, donde sólo está Del Cerro Grande con un papel irrelevante como ayudante de VAR, el tercer cargo posible, tras el árbitro de VAR y su asistente.

Todo esto, ha llevado a la Federación a intervenir para acabar con este descontento general. Desde la llegada de Rafael Louzán, se ha trabajado en una reforma estructural del sistema arbitral que se ha llevado por delante a Medina Cantalejo.

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