Opinión
CARPE DIEM

Rotondas de los inventos del TBO

Las glorietas o, más conocidas con el vulgar y prosaico nombre de rotondas
son un sistema de circulación giratorio y en el mismo sentido alrededor de un obstáculo central donde con carácter general la regla de prioridad establece que, en intersecciones sin señalizar, se debe ceder el paso al vehículo que se aproxima por la derecha.

En la actualidad, aunque el diseño de glorietas continúa evolucionando, las nuevas propuestas mantienen la filosofía de los primeros diseñadores, o sea, segregar movimientos para minimizar el número de puntos de conflicto. Excepto en Mallorca, donde ahora se han propuesto innovar el sistema y a fe que lo van a lograr.

Históricamente las rotondas se inventan a principios del siglo pasado
cuando las ciudades empezaron a registrar problemas importantes de
circulación. La solución a este problema, la ideo entonces, el arquitecto
francés E. Hénard quien propuso un nuevo modelo de intersección para la
ciudad de París allá por el 1907.

Mallorca adopto con entusiasmo este sistema hasta tal punto que, a la isla, al correr de los años, se la conoció como la de las mil rotondas. Y no sólo esto, sino que, para contribuir a la mejora de este curioso invento en Palma, su capital, se propusieron introducir en las mismas una serie de variaciones que por su novedad causaron asombro y admiración entre los urbanistas de todo del globo terráqueo y planetas adyacentes.

Otra cosa es que en vez de lograr mejorar la circulación allí donde se han aplicado lograran empeorarla, pero qué importa el resultado si el propósito es bueno. Así las cosas, la primera de las innovaciones a las que indudablemente van a seguir muchas otras, dado el afán de innovación de nuestras administraciones, consistió en hacer desembocar en la rotonda de acceso al polígono de Son Castello (ASIMA) tres carriles de circulación en una rotonda de solo dos y, para dar entrada al tráfico de son Sardina, con 2.861 habitantes, se creó por tanto un nuevo carril para añadir a los dos que, provenientes de Palmañola, Buñola, Sóller y el acceso a la carretera de Sóller desde Santa María soportan el tráfico de una población equivalente a unas 30.000 personas.

O sea, un carril para 3000 y dos para 30.000. Toma ya prioridades. La mejora, imputable a los técnicos del Consell de Mallorca, ha supuesto una gran mejora económica de los talleres de plancha y pintura. Pero aquí no acaban las innovaciones.

Porque ahora en el mismísimo centro de Palma los técnicos municipales van a esmerarse y en competencia con los del Consell van a convertir una glorieta, que en definitiva resulta ser la plaza de las Columnas, un espacio concebido para circular en rotonda, ordenando el tráfico siete calles (Nuredduna, Huetam, Nicolas de Pax, Manuel delos Herreros, Juan Bauza y Barceló y Combis) para ser reducida a la mitad, siendo único Consistorio del mundo que obligará a circular en media rotonda. 

Y esto para lograr acceder a la plaza desde las calles Nicolas de Pax, Francisco Manuel de los Herreros, Juan Bauzá y Barceló y Combis, y lograr salir por Huetam y Barceló y Combis obligando por tanto a circular en contradirección y a su vez en doble dirección en un espacio concebido para circulación simplemente en rotonda.

Es la primera vez que se propone un avance de estas características, pero si
resulta que, si este novedoso invento hace totalmente inviable que por allí
se logre circular, deberemos tener confianza en la humanidad porque por
fin se habrá resuelto definitivamente el problema del tráfico urbano en las
ciudades. Mira si la cosa era fácil: todo ha consistido en hacerlo imposible.
Ni los grandes inventos del TBO del profesor Franz de Copenhague.