Opinión

El ‘rey Pedro’

Los altos cargos del gabinete de Pedro Sánchez, los que forman parte del equipo de apoyo al presidente del Gobierno, suponen un gasto anual de más de 1,336 millones de euros, una cifra notablemente superior a la que destina la Casa del Rey para tal efecto. Los altos cargos que asisten y prestan apoyo al jefe del Estado suponen un gasto anual de 894.000 euros, 442.000 euros menos. Insistimos en que es personal con la categoría de alto cargo cuyas funciones son las de prestar asistencia al Rey y al presidente del Gobierno, pues si tuviéramos en cuenta a funcionarios, laborales y personal eventual, el coste del personal del gabinete presidencial, incluyendo productividad e incentivos, es 33.273.750 euros mayor.

En el capítulo de gastos de personal Moncloa asumió el año pasado un total de 37.525.000 euros, mientras la jefatura del Estado, por su parte, tuvo un gasto de 4.251.250 euros. Donde Moncloa aventaja de largo a Zarzuela es en el personal eventual, asesores nombrados a dedo que no son funcionarios. Pedro Sánchez dispone de un nutrido séquito de 452 personas, con un coste ligeramente superior a los 18 millones de euros anuales, mientras que los trabajadores de Zarzuela son, en su práctica totalidad, funcionarios públicos. Es ahí donde las diferencias son abismales: la Casa del Rey cuenta con personal que ha superado una oposición, mientras Pedro Sánchez -en lugar de tirar de la nómina de funcionarios de la Administración del Estado- ha colocado a casi medio millar de personas que no tienen esa consideración.

Una de las partidas más sorprendentes, por la diferencia que supone de gasto de más para la presidencia del Gobierno respecto a la Casa del Rey, es la relativa a incentivos al rendimiento -pluses que se añaden a los sueldos ya establecidos-. Moncloa destina para ello 6.045.000 euros anuales  mientras que Zarzuela 2.718.500. Pero en el caso de Presidencia existen otras partidas, que no se reflejan en las cuentas de la Casa Real, como la de productividad -un total de 5.899.000 euros- y de gratificaciones por un valor de 146.000 euros. Para entendernos: mientras en la Casa del Rey prima el mérito y la capacidad, en Moncloa prima la mamandurria.