Opinión

Ni Franco vivo en El Pardo nos salía tan caro

Si el primer gran acto de Pedro Sánchez para conmemorar los cincuenta años de la muerte de Francisco Franco ha costado 35.000 euros -entre fabricaciones de vídeos falsos y la elaboración de cortos de dos minutos con imágenes de archivo que se proyectaron durante el acto que se celebró este miércoles en el Museo Reina Sofía bajo el lema 50 años de España en Libertad- habrá que convenir que la ‘francomanía’ del Ejecutivo nos va a salir por un ojo de la cara, porque, según anunció el jefe del Ejecutivo, a lo largo del año se van a celebrar más de un centenar de actos como este.

Sólo la propia producción del acto inaugural ha costado, 13.725 euros. A esta cantidad hay que sumar el soporte audiovisual que el Gobierno contrató para proyectar durante el encuentro en el que participó todo el Ejecutivo de Sánchez. El primero de estos vídeos constaba de imágenes de archivo sobre la transición, y fue adjudicado a la Agencia EFE por un montante total de 14.725 euros. Pero eso no fue todo: el vídeo en el que se aseguraba falsamente que Franco prohibió la proyección de la película Con faldas y a lo loco -«Estaba censurado todo por considerarse demasiado subversivo», puede escucharse a la comunicadora Albanta San Román-  costó 6.075 euros. Lo más económico fue «la contratación de la representación de la pieza Solo Afanador del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música», dependiente del Ministerio de Cultura, una actuación que llevó a cabo el Ballet Nacional de España por sólo 500 euros. Así, en total, el coste para las arcas públicas del primer evento guerracivilista de Sánchez supera los 35.000 euros. Como cabe esperar que el centenar de actos pendientes estén marcados por el mismo patrón, la obsesión franquista de Pedro Sánchez puede salir, más o menos, por 3,5 millones de euros, sin contar, por supuesto, lo que va a suponer la estructura administrativa diseñada al efecto. En definitiva, que el sectario plan sanchista -puro aquelarre socialcomunista- es, amén de un bodrio infumable, un absoluto dispendio.