Opinión

Lo que es un ‘Erial’ es la doble vara de medir de la Audiencia Provincial de Valencia

Los hechos no admiten demasiadas dudas: la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Valencia ha decidido que el juicio del caso Erial comience este próximo jueves, sin aceptar, como sería lógico, posponer la fecha hasta que el abogado de Eduardo Zaplana, imputado en el caso, pueda recuperarse de un infarto sufrido hace días atrás y por el que tuvo que ser intervenido. El juicio, pues, empezará -, incluido el consiguiente paseíllo de Eduardo Zaplana- sin su defensa, lo que muy probablemente provocará su suspensión, pero después de que el que fuera dirigente del PP sea castigado con la clásica pena de telediario para regocijo de la izquierda y de sus terminales mediáticas.

Se da la circunstancia de que otra sección de la Audiencia Provincial de Valencia, la Segunda, ha decidido atender la petición de Luis Eduardo Ramírez Icardi, el ex marido de Mónica Oltra, la ex vicepresidenta valenciana, de aplazar su ingreso en prisión, inicialmente previsto para este 6 de febrero al 16 del mismo mes, al objeto de que asista a una consulta médica prevista con anterioridad. O sea, que un juicio, el de Eduardo Zaplana, empezará sin que este pueda acudir con su abogado, pero el ingreso en prisión del ex marido de la política de ultraizquierda, que abusó sexualmente de una menor tutelada en un centro de acogida de la Generalitat Valenciana, se aplaza para que este pueda ir al médico.

Con todos los respetos al criterio de sus señorías de la Audiencia Provincial de Valencia, esta doble vara de medir no hay quien la entienda. Porque si lo que se impone son razones de humanidad -la salud es lo primero-, en el caso que afecta a Eduardo Zaplana parece que lo que más importa al tribunal es que el ex dirigente popular haga el paseíllo y después ya veremos. La ley del embudo en su expresión más rotunda: lo estrecho para algunos (Zaplana), lo ancho para uno (el ex marido de Oltra)