Opinión

¿Injerencias en los Mossos? Me pinchan y no sangro

¿Cómo va a haber «injerencias políticas» por parte de la Generalitat? Si los pobres no se meten en nada. Aquí los independentistas nunca tratan de introducir su zarpa en ninguna institución o cuerpo, pues saben que deben ser neutrales y servir a toda la ciudadanía por igual. Se parecen al Gobierno de Sánchez: jamás intentarían politizar la justicia o las fuerzas de seguridad del estado.

En serio. Las policías autonómicas, Ertzaintza​​ o Mossos, iban a ser un cuerpo más cercano que los nacionales, un reconocimiento a una supuesta exigencia ciudadana y una muestra de respeto a una imprecisa -y por la mayoría desconocida- tradición histórica. Ni en los sueños más disparatados de los redactores de la Constitución hubo el menor atisbo de que una concesión así podría degradarse con el tiempo como lo ha hecho. Recuerden que, en Cataluña, constatamos con estupor que los Mossos ya no eran esa policía democrática en la que, en cualquier país civilizado, encontrarías protección y defensa. Muchos de ellos fueron cómplices en un intento de golpe contra el estado.

Y su degradación continúa avanzando. Este lunes, el conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, debido a sus discrepancias con el jefe de los Mossos de Esquadra, Josep María Estela, decidió destituirle. No hacía ni un año desde que él mismo le nombró. El motivo declarado (el real es que ERC desea fortalecer su gobierno en solitario con mandos sumisos y politizados) fue que Estela quería que los nuevos comisarios que se iban a nombrar fueran cuatro hombres y dos mujeres, y Elena que fuera al revés, cuatro mujeres y dos hombres. Todo ello, según él, para «feminizar» el cuerpo.

Tras una reunión de lo más tirante, el ya ex comisario jefe (apoyado por la mayoría de mandos del cuerpo), se negó a dimitir y fue destituido de forma fulminante por el conseller de Interior. Ahí saltaron a la prensa las acusaciones de supuestas «injerencias políticas» que, al parecer, nunca antes se habían dado. ¡Después de la aventura del procés, del referéndum ilegal del 1 de octubre y del papel de los Mossos (o de muchos de ellos) en lo que fue un indudable intento de golpe político!

Así que, de momento, y hasta que se decida qué comisaria estará al frente de los Mossos -saldrá del grupo de intendentes donde están Rosa Bosch, Silvia Catà, Montse Estruch, Mónica Luis, Ramón Chacó y Miguel Ángel García Alvira- Eduard Sallent, número dos de Estela, será el nuevo jefe.

Los partidos de la oposición han pedido que el conseller Elena comparezca en el Parlament para dar explicaciones de la destitución de un comisario jefe que sólo ha durado nueve meses en el cargo. El sexto jefe de los Mossos nombrado después de la aplicación del artículo 155 de la Constitución en 2017. Algo realmente preocupante si atendemos a la grave situación de inseguridad que vivimos los catalanes en gran parte de nuestro territorio. Estamos sufriendo un aumento de robos con fuerza y hurtos y también se ha intensificado el número de agresiones sexuales. Las bandas juveniles están en auge y somos líderes en okupaciones. Eva Parera recordó que «sólo en Barcelona tenemos una media de 400 delitos diarios». Mal momento para que el Govern se dedique a desestabilizar y purgar el cuerpo de Mossos para encontrar mandos más cercanos a sus políticas ideológicas. ¡El mismo Elena dijo que los Mossos debían politizarse!

Por otro lado, se acumulan las polémicas de los Mossos en cuanto a denuncias judiciales o concursos presuntamente amañados. Aquí quien debería dimitir es el conseller de Interior, sr. Elena, sin ninguna duda. De momento, mientras escribo este artículo, aún no ha comparecido.