Opinión

El independentismo aprovechado

Los independentistas catalanes quieren reincidir en su ataque a la Constitución y vuelven a decir que completarán el proceso de separación del resto de España, ya que aprovechan la coyuntura de un Gobierno débil y plenamente entregado a lo que pidan para garantizar un tiempo más de Sánchez en La Moncloa.

De esta forma, exigen una especie de régimen fiscal catalán propio, donde gestionen y recauden el 100% de los impuestos, cosa que ni siquiera las dos forales hacen, pues los tributos y gravámenes de los derechos de importación del IVA e IIEE no los gestionan, además de estar sometidos en materia de IVA a la normativa europea de armonización.

Pues bien, tanto Junts como ERC, en plena competición electoral, piden más y quieren gestionar todo. Bajo ello se esconde la insolidaridad independentista. Como están muy acostumbrados a ir contra la Constitución, poco les importa que su actitud quiebre el mandato constitucional de la solidaridad interregional. De manera condescendiente, Aragonés ofrece, casi como limosna, un fondo de solidaridad, pero temporal. Una vez les fuese concedido su régimen fiscal especial, seguro que ni siquiera lo aportarían ni un año. Es, una vez más, el independentismo egoísta y, en muchas actitudes, supremacista, cuando, realmente, con su comportamiento, se vuelven cada vez más aldeanos y se sitúan de espaldas al mundo.

Ahora bien, que son egoístas, ya lo sabíamos. Ahora, también descubrimos que ese egoísmo esconde que son, al mismo tiempo, unos aprovechados, porque no quieren ser solidarios con el resto de CCAA pero, sin embargo, excluyen de dicha financiación -imagino que también con vista a una futura independencia que anhelan, a la Seguridad Social. El motivo no es otro que el hecho de que la Seguridad Social en Cataluña es deficitaria, es decir, que la recaudación por sus cotizaciones no cubre sus gastos por pensiones contributivas.

En el acumulado de noviembre de 2023, último disponible para la desagregación de ingresos y gastos por CCAA, comprobamos cómo Cataluña tiene un gasto de pensiones contributivas de 25.460,86 millones de euros, mientras que los ingresos por cotizaciones sociales se quedan en 19.959,72 millones de euros, es decir, un déficit en esos primeros 11 meses de noviembre de 2023 de 5.000 millones de euros (frente a Madrid que, por ejemplo, tiene un pequeño superávit). Por tanto, no quieren aportar a la solidaridad del resto de CCAA en materia de financiación autonómica, pero quieren que el resto de españoles sí que cubra su déficit en la Seguridad Social. Una vez más, la ley del embudo.

Cataluña es una parte de España y no se puede independizar, o, mejor dicho, no se puede independizar sin que se lleve a cambio el proceso de cambio constitucional que lo permitiese, el cual no plantea porque no lo sacaría adelante. Ahora bien, si alguna vez desgraciadamente se independizase, entonces tendría que hacerlo con todas las consecuencias: se quedaría fuera de la UE y debería sufragar sus gastos, todos sus gastos, con todos sus ingresos. Si un hijo se va de casa de sus padres, se independiza, debe hacerlo de manera completa: no puede pretender vivir solo pero ir a comer todos los días y llevar la ropa para que se la laven y se la planchen. Pues en esto, lo mismo: si Cataluña se independizase, debería afrontar todos los riesgos y problemas inherentes, no pretender que el resto de españoles la mantengan.