El debate de las pensiones alza la voz
Discusiones bizantinas, acalorados debates de tintes ideológicos, calenturas políticas… El tema del día, la rabiosa actualidad, los abuelos en las calles reclamando equidad para sus pensiones, un sistema de protección social que desde hace tiempo hace aguas, la posible insostenibilidad de las pensiones en España y su incuestionable insuficiencia cara a un futuro más o menos cercano. Así está el panorama… Estos días, a raíz de que la inflación se haya disparado, dejando atrás aquellas tasas de cero o negativas habidas durante los últimos años, y que la revisión y actualización de las pensiones se constriña a un pírrico 0,25%, las reacciones de la población, encarnada fundamentalmente en nuestros pensionistas y en quienes lo serán dentro de poco, se han avivado. Cada cual, en materia de pensiones, ofrece su particular punto de vista. Cada opción política lanza sus promesas. Lo cierto es que el polvorín de las pensiones lleva años entre nosotros y la clase política ha ido pasando olímpicamente del asunto.
El famoso Pacto de Toledo, por más que se diga, anda escondido por algún rincón del frigorífico y hasta ahora estaba congelado. Es como si nuestros políticos se pusieran una venda en los ojos para evitar ver la realidad de un sistema que se ha vuelto insostenible en unos pocos años. La crisis económica lo acaba de rematar, el elevado paro ha actuado como una bomba, los salarios de quienes trabajan han perdido mordiente y, entretanto, las nuevas cohortes de pensionistas que se incorporan a tal estatus, al haber cotizado más a lo largo de su vida laboral, se jubilan con pensiones más elevadas. Hoy, casi un millón de jubilados cuenta con una pensión mensual de 2.000 euros o más. Y hoy, también, para mayor inri por aquello del tópico de la generación más formada, el 40% de los jóvenes con formación universitaria y presumiendo de título de master, perciben a lo sumo unos 1.200 euros mensuales.
Si el sistema de pensiones es de base de reparto —unos cotizan y pagan para sostener el sistema, que son los afiliados a la Seguridad Social, y otros cobran en su condición de pensionistas gracias a las contribuciones que efectúan los cotizantes—, las cuentas no salen. ¿Cómo se financian las pensiones? Son las cotizaciones sociales las que cubren las pensiones en nuestro sistema de reparto: como decíamos, unos cotizan y pagan y otros, que ya han cotizado durante su vida activa, cobran la merecida y bien ganada pensión al recaudarse las cotizaciones. ¿Cómo han evolucionado estos últimos años las cotizaciones y cómo lo han hecho las pensiones? En 2007, año de plena euforia económica, había en España 19,2 millones de afiliados ocupados que cotizaban a la Seguridad Social, con cotizaciones más o menos aceptables a causa de sueldos arreglados y 7,5 millones de pensionistas.
En aquel 2007, la Seguridad Social ingresó 135.000 millones de euros y las pensiones satisfechas sumaron 91.000 millones. En 2017, cerramos el año con 18,3 millones de cotizantes ocupados y 8,7 millones de pensionistas, con un coste de pensiones de 140.000 millones de euros. Fue en 2010, el primer año en que la Seguridad Social presentó déficit con 2.400 millones de euros y en 2011 el descuadre apenas alcanzó los 1.000 millones. La cosa se complicó en 2012 con un déficit de 10.200 millones de euros y ya cada año, desde entonces, las cuentas de la Seguridad Social se saldan con un abultado déficit. Así, en 2016, fueron 18.000 millones de euros de desfase, en 2017 rondarán los 17.000 millones y el futuro, seamos claros, se presenta peliagudo. Se ha recuperado empleo tras el golpe de la crisis, sí, pero, ¿qué tipo de empleo? Sueldos más bajos hogaño que antaño, mucho contrato a tiempo parcial, cotizaciones menores… En suma, el vivo reflejo de nuestro modelo productivo basado en eso que damos en llamar economía del lo costa.