Opinión

Cuando Sánchez gane las primarias del PSOE

Cuando Sánchez gane las primarias del PSOE quizás podamos pensar que el aparato no puede con todo. Que hay un hueco para la esperanza que nos haga pensar que es posible hacer política sin trampas. Que se puede intentar mover el partido hacia la izquierda, porque si Sánchez cree en ello es que no todo está perdido, después de haber pactado con Ciudadanos y promover la eliminación de la Izquierda Socialista en el PSOE. Cuando Sánchez gane, ganará un poquito la dignidad también, esa que sale a flote cuando se cometen injusticias y abusos. Como sucedió en el famoso Comité Federal —por bochornoso y cruel— del 1 de octubre. 

Se apretarán los puños, se sentirá un suspiro y de fondo, un susurro que diga «¡bien!» porque de alguna manera se intentará que no todo valga en política. El día en que Pedro Sánchez recupere la Secretaría General con un discurso de izquierdas quienes tuvimos que marcharnos del partido porque él consintió el viraje a la derecha sonreiremos y, en el fondo, sentiremos que de alguna manera se nos da la razón. Sin rencores, sin amargor. Sentiremos el alivio de haber conseguido hacer ver, aunque sea tarde, que el partido necesitaba abrir bien los ojos, escuchar y prestar atención. 

Cuando gane Sánchez las primarias espero que haya aprendido todas las lecciones de lo que jamás debería hacerse. De lo que él mismo jamás debió haber hecho. Y quizás entonces un partido con casi 140 años de historia tendrá la fuerza de la regeneración. Y servirá para darle la vuelta a un sistema infecto y podrido de injusticia y corrupción. El establishment quedará perplejo. Los medios de comunicación en evidencia por no haberle dado la más mínima tregua, por haber manipulado los titulares, por haber obviado lo importante y ampliar hasta el infinito lo irrisorio. Temblarán los que dicen que nunca se pueden cambiar las cosas, que nunca se puede intentar mejorar, que lo hecho hecho está. Callarán, arrinconados los conspiradores, los supervivientes, los trepas acomodados. 

Cuando Sánchez gane las primarias del PSOE, en definitiva, será porque el aparato no ha unido todas sus fuerzas contra él; porque los medios de comunicación se han comportado de manera justa y equitativa; porque la militancia ha adquirido una conciencia crítica y ha exigido que su ex secretario general girase a la izquierda. Ese día, seguro, muchos volverán —volveremos— a militar a un partido que hoy nos avergüenza, el que con toda seguridad, hará lo posible y lo imposible para conseguir que Sánchez desaparezca del mapa.