Opinión

Así recibían a Franco en Galicia

Lo de la alcaldesa socialista de La Coruña, Inés Rey, provoca vergüenza ajena y es un caso de entreguismo al líder tan ridículo que cuesta comprender cómo la mujer que rige los destinos de la ciudad es capaz de arrastrarse de manera tan grimosa ante el macho alfa del PSOE. Resulta que Pedro Sánchez tenía previsto grabar un vídeo jugando al baloncesto con su candidato a la Xunta, José Ramón Gómez-Besteiro, uno de esos anuncios propagandísticos con los que el presidente pretende dar imagen de naturalidad. La cita tendría lugar en las instalaciones deportivas municipales y la alcaldesa tenía que quedar bien con su jefe. Así que no se le ocurrió otra cosa que ordenar a un equipo de limpieza que dejara el pabellón como una patena.

Los más viejos del lugar no recuerdan un operativo tan grande para sacar brillo a las instalaciones que, por otra parte, no se limpiaban desde hace años. Canchas y gradas fueron niqueladas a conciencia, recordando aquellas imágenes del NODO en las que las autoridades se postraban ante el dictador Franco en actitud servil.

Un camión cisternados pequeños vehículos de limpieza a presión y al menos seis operarios del servicio municipal fueron desplazados hasta estas instalaciones deportivas coruñesas para que todo estuviese listo para revista. Por la tarde, tuvo lugar la perfomance presidencial, incluido un tiro certero a canasta ante un grupo de jóvenes convertidos en entusiastas figurantes.

Al parecer las instalaciones, antes de llegar Pedro Sánchez, presentaban un aspecto lamentable, hasta el punto de que no pocos ciudadanos habían reclamado sin éxito al Ayuntamiento que procediera a su limpieza. Sólo cuando Pedro Sánchez anunció su presencia la alcaldesa socialista de La Coruña decidió dejarlas como los chorros del oro. Por supuesto, las canchas quedaron clausuradas hasta que Sánchez tirara a canasta. Todo tan cutre, tan vulgar y tan hortera que si la alcaldesa socialista tuviera un poquito de dignidad se daría cuenta de que sólo le ha faltado pasar la mopa por el suelo de la cancha.