Exigen al Gobierno la eliminación del Puente Aéreo Madrid-Barcelona tras medio siglo de actividad

Ecologistas en Acción y la plataforma Zeroport exigen la eliminación de vuelos cortos con alternativa ferroviaria

La medida de eliminar vuelos de corto alcance puesta en marcha en Francia todavía no tiene un balance definitivo de reducción de emisiones

La eliminación del Puente Aéreo forma parte del acuerdo de gobierno entre PSOE y Sumar

  • Antonio Quilis Sanz
  • Periodista especializado en información medioambiental desde hace más de 20 años y ahora responsable de OKGREEN en OKDIARIO. Antiguo director de El Mundo Ecológico y colaborador en temas de medioambiente, ecología y sostenibilidad en Cadena Ser.

La organización Ecologistas en Acción y la plataforma Zeroport han exigido al Gobierno español la eliminación del Puente Aéreo Madrid -Barcelona, así como suprimir los vuelos cortos proponiendo como alternativa el impulso del transporte ferroviario.

Una medida destinada a la reducción emisiones que ya puso en marcha en Francia hace un año por el gobierno de Macron, y que todavía no tiene un balance de impacto definitivo.

50 años de vuelos

En España, los demandantes que exigen su eliminación recuerdan que el pasado 1 de noviembre se cumplieron 50 años desde que se pusiera en marcha el Puente Aéreo Madrid-Barcelona, que fue calificado como un avance «revolucionario» en la publicidad de la época.

A raíz de estas cinco décadas de servicio del Puente Aéreo sacan a relucir la petición de la eliminación de los vuelos de menos de cuatro horas para reducir el impacto de las emisiones en el medioambiente y en la salud de la población.

Pérdida de viajeros

Esta conexión se ha basado en tres elementos como el alto número de frecuencias entre ambas ciudades cada día, las facilidades para la compra de billetes y la disponibilidad de terminales propias en cada aeropuerto para facilitar el embarque y desembarque de las personas usuarias, en gran parte procedentes del sector negocios.

Destacan que «a pesar de la pérdida de viajeros aéreos entre las capitales madrileña y catalana registrada desde la puesta en marcha en 2008 de la Alta Velocidad ferroviaria, esta ruta aérea sigue siendo a día de hoy una de las más transitadas en España».

Primer vuelo del Puente Aéreo Madrid – Barcelona hace 50 años

Francia como referencia

Una medida  que se introdujo en junio de 2023 en Francia prohibió los vuelos nacionales de corta distancia en un esfuerzo por reducir las emisiones de carbono.

En teoría, la normativa prohíbe los vuelos cuando exista una alternativa ferroviaria de menos de 2,5 horas. En aquel momento, los críticos afirmaron que no iba lo suficientemente lejos, ya que afectaba a muy pocas rutas y no incluía los vuelos de conexión. El sector de la aviación se ha opuesto alegando que la normativa es injusta.

Impacto mínimo

Más de un año después de su entrada en vigor aún no se sabe el impacto de la medida en la reducción las emisiones la prohibición de los vuelos nacionales aunque la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) francesa estimaba que la nueva normativa podría reducir hasta 55.000 toneladas de emisiones, apenas el 2,6% del total anual de emisiones de los vuelos nacionales en Francia.

El impacto aparentemente mínimo de la medida en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero fue la base de un recurso contra la ley por parte de la Unión de Aeropuertos Franceses a principios de este año, que argumentó que se trataba de un «abuso de poder».

Perdieron el recurso, ya que el Consejo de Estado dictaminó que la prohibición «puede contribuir a corto plazo a la reducción de estas emisiones en el ámbito del transporte aéreo».

Sin cifras oficiales en Francia

Sin embargo, más de un año después de su introducción, aún no existen cifras oficiales sobre la reducción de emisiones conseguida directamente gracias a la prohibición.

El único dato, según el responsable francés de aviación de la organización sin ánimo de lucro Transport & Environment (T&E), Jérôme du Boucher, son las emisiones globales de los vuelos nacionales el año pasado. En concreto, disminuyeron un 3,4% en 2023 con respecto a 2022, mientras que, a nivel internacional, estas emisiones aumentaron.

15% de viajeros en España

Volviendo a España, para tener una perspectiva, desde las organizaciones ecologistas recalcan que en 2019, antes de la pandemia, se registraron un total de 15.773 operaciones que transportaron a 2.569.734 personas entre ambas ciudades, según datos de Aena. Esas cifras representan, respectivamente, el 11,3 % del total de operaciones aéreas y el 15 % del número de viajeros en vuelos peninsulares de aquel año.

A día de hoy, si bien el transporte ferroviario de alta velocidad tiene una cuota modal del 81,8 % en este trayecto, según la CNMC, sigue siendo la ruta peninsular con mayor número de vuelos, y todavía se operan una treintena de vuelos diarios en ambos sentidos.

La petición de ambas entidades se basan en que el alto número de operaciones es «sinónimo de un alto impacto ambiental». Para ello toman como base de cálculo el 2019, año en que los vuelos de esta ruta generaron 168.827,2 toneladas de dióxido de carbono, según un estudio publicado por Ecologistas en Acción.

Aeropuerto de El Prat de Barcelona

Afecciones a la salud

Por otro lado, para argumentar la eliminación del Puente Aéreo, estiman que en 2019 las operaciones entre Madrid y Barcelona produjeron 200 toneladas de óxidos de nitrógeno y 1,52 toneladas de partículas en suspensión potencialmente eliminables en caso de sustitución modal con el traspaso hacia el tren.

Destacan que en un radio de 20 kilómetros, distancia en la cual la concentración de partículas procedentes del aeropuerto sigue siendo muy elevada, en torno a los aeropuertos de Madrid y Barcelona viven 6,5 millones de personas, una de las cifras más altas de toda la UE.

Según un estudio de T&E titulado ¿Vivir cerca de un aeropuerto puede hacerte enfermar?, las partículas ultrafinas generadas por el tráfico aéreo serían la causa de 45.391 casos de hipertensión, 56.445 de diabetes y 4.643 de demencia en torno a los aeropuertos de ambas ciudades.

Incremento del tráfico

«Estos datos de impactos de la ruta Madrid-Barcelona se inscriben, además, en un contexto de crecimiento exponencial del tráfico aéreo doméstico en España», anotan en su petición.

Entre 2013 y 2019, las operaciones aéreas domésticas crecieron un 27 % en España  —y sus emisiones de CO₂ asociadas, un 30 %— muy por encima de países como Alemania, que mantuvo prácticamente invariable su número de operaciones internas; Francia, que las redujo un 5 %, o el Reino Unido, que consiguió disminuirlas un 8 %.

A pesar de los preocupantes datos mencionados y de que PSOE y Sumar reflejaron en su acuerdo de Gobierno una medida para eliminar vuelos cortos, hasta la fecha el Ejecutivo no ha dado ningún paso para hacer realidad esta medida.

Apoyo social y político

Afirman que la reducción de los vuelos cortos «cuenta con un amplio apoyo social y político. Un ejemplo de lo anterior es el hecho de que cuatro partidos políticos con representación parlamentaria (Sumar, Esquerra Republicana de Catalunya, Unidas Podemos y EH Bildu) han registrado enmiendas al proyecto de Ley de Movilidad Sostenible para incluir en esta norma la eliminación de los vuelos domésticos peninsulares con alternativa ferroviaria de hasta cuatro horas».

Esta medida podría acabar con más de 50.000 operaciones aéreas y 300.000 toneladas de CO₂ anuales. De acuerdo con el informe, estas cifras representan, respectivamente, el 13,1 % de todas las operaciones domésticas en España (es decir, contando también los vuelos a y desde los archipiélagos canario y balear) y el 9,71 % de las emisiones generadas por dichas operaciones. O, lo que es lo mismo, una reducción de entre el 30 % y el 40 % de las emisiones de todo el tráfico aéreo peninsular.

Impulsar el tren

Pablo Muñoz, coordinador de Movilidad Sostenible en Ecologistas en Acción, ha insistido que «la sustitución de vuelos cortos por trayectos en tren es técnica y legalmente viable, tanto por las alternativas ferroviarias existentes como por los precedentes existentes en la UE».

«Pero para que la medida sea realmente efectiva, debe reducirse muy significativamente el número de vuelos entre Madrid y Barcelona, que es la ruta con mayores emisiones en la península. El Gobierno debe ser responsable y acelerar la puesta en marcha de esta medida», señala Muñoz.