Brasil moviliza a sus fuerzas armadas para luchar contra el «terrorismo climático» en el Amazonas

Desde inicios de 2024, el número de focos de calor ha batido récords en meses atípicos en los que la falta de lluvias ha agravado la situación

  • Antonio Quilis Sanz
  • Periodista especializado en información medioambiental desde hace más de 20 años y ahora responsable de OKGREEN en OKDIARIO. Antiguo director de El Mundo Ecológico y colaborador en temas de medioambiente, ecología y sostenibilidad en Cadena Ser.

Ante la proliferación de incendios en el Amazonas, el Gobierno de Brasil ha dado a conocer las directrices para el uso temporal del Ejército, la Marina y la Aeronáutica del país para combatir los incendios forestales que avanzan en el pulmón del planeta, una región que, además, se enfrenta además una sequía extrema en los últimos meses.

El ministro de Defensa, José Múcio, ordenó a los comandantes de los tres brazos de las Fuerzas Armadas «garantizar los esfuerzos» para poner a disposición de las tropas que actúen en la región «recursos operacionales y logísticos».

Apoyo militar

Los militares darán apoyo a las operaciones mediante «el suministro de imágenes de teledetección, el uso del panel de incendios con personal especializado» y la formación del resto de autoridades involucradas en el combate a las llamas.

El Ejecutivo también les solicitó cuantificar el dinero que necesitan para «planificar y ejecutar» acciones sobre el terreno, y designar una serie de oficiales para conformar un comando conjunto.

Las directrices, que constan en una resolución ministerial publicada este viernes en el Diario Oficial del Estado, tienen como objetivo frenar el azote que está suponiendo una de las peores crisis en 14 años.

Focos de calor

Desde 2010, el Amazonas en Brasil no tenía tantos focos de calor como los 38.000 registrados en agosto de 2024. El número representa un aumento de 120% en relación con el total de 2023, que había estado marcado por fuego y humaredas intensos por todo el estado.

A finales de mayo y principios de junio de 2024, incendios inusualmente tempranos e intensos se propagaron por los humedales del Pantanal de Brasil. La falta de lluvias en la estación húmeda secó la vegetación y ayudó a que los incendios forestales se propagaran mucho antes de que comience la temporada de incendios de la región.

Tanto es así que el 9 de septiembre, más de la mitad de las ciudades brasileñas tuvieron alertas por la calidad del aire. La baja humedad de esa época se sumó a la humareda de las quemas que llegó hasta el estado brasileño más austral, Río Grande do Sul, a más de 4.500 kilómetros de Amazonas.

La deforestación da paso a la proliferación de cultivos en el Amazonas

Meses atípicos

Desde inicios de 2024, el número de focos de calor ha batido récords en meses atípicos. «Cuanto más tiempo dure la estación seca, más reseca está la selva, y con eso hay más opciones de que el fuego logre propagarse»,  explica Erika Berenguer, especialista en impacto del fuego en la Amazonía e investigadora de las universidades de Oxford y Lancaster, en el Reino Unido.

Ante esta situación, el domingo pasado, un juez de la Corte Suprema de Brasil autorizó al Gobierno a contratar créditos extraordinarios, fuera del límite presupuestario, para combatir la «emergencia climática» provocada por los incendios que se expanden por la Amazonía y otras zonas del país.
Brasil sufre la peor sequía desde 1950 y una de las regiones más afectadas es la Amazonía.

Crisis hídrica

En el mayor bosque tropical del planeta, la crisis hídrica ha dejado a varios ríos en sus niveles más bajos de la historia y ha aislado a decenas de comunidades rurales, además de favorecer la propagación de incendios forestales.

En total, la Amazonía brasileña sumó 63.189 focos de incendio entre enero y agosto de este año, el doble de los registrados en el mismo periodo de 2023.
Según datos oficiales, las llamas calcinaron en ese periodo cerca de siete millones de hectáreas, lo que equivale al 1, % del ecosistema tropical.

Incendios provocados

El Gobierno brasileño sospecha que la gran mayoría de los incendios son provocados por la acción humana. La ministra de Medioambiente, Marina Silva, llegó a calificar la situación de «terrorismo climático».

Durante las últimas semanas, la humareda de los incendios ha viajado con los vientos y deteriorado la calidad del aire en buena parte del país, con el consiguiente aumento de los casos de problemas respiratorios entre la población.

Desaparición del 47%

Hasta el 47% de los bosques amazónicos podrían sufrir alteraciones irreversibles y desaparecer en 2050,según una publicación de la revista que Nature que analiza los umbrales potenciales que podrían empujar a la selva amazónica a un punto de no retorno.

La publicación ha sacado a la luz un estudio en el que participó el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que estima que para 2050 entre el 10 y el 47% de los bosques amazónicos podrían cambiar de forma irreversible y desaparecer.