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Parece Belén pero éste pueblo de cuento está al lado de Madrid: el mejor para ir en Navidad

Se acerca la Navidad, ya hemos pasado el puente de diciembre pero es ahora cuando muchos recomiendan visitar un pueblo cerca de Madrid que durante estas fechas, presenta el que está considerado como uno de los mejores belenes vivientes. De hecho, quién ha estado asegura que es como si realmente estuvieras en Belén por lo que no es de extrañar que este fin de semana (y el que viene) se reciba a todo tipo de visitantes, tanto los propios del pueblo, como gente que se desplaza desde Madrid capital, o incluso desde varios puntos de España.

El pueblo en cuestión no es otro que Buitragos de Lozoya que los dos próximos fines de semana, celebra la nueva edición de su Belén Viviente. Lo que empezó como una iniciativa vecinal en 1988 se ha convertido en uno de los belenes más espectaculares del país, una representación colectiva en la que participan cientos de personas y en la que el propio casco histórico hace de escenario.  Por eso muchos madrileños (y más) aprovechan estas semanas para escaparse y vivir la experiencia. Está a menos de una hora de la capital y, aun así, consigue que uno se sienta en otro tiempo. No hace falta imaginar demasiado: basta con entrar en el recinto amurallado para entender por qué, cada Navidad, Buitrago parece un pequeño Belén levantado a tamaño real.

Parece Belén pero éste pueblo está al lado de Madrid: el mejor en Navidad

El Belén Viviente de Buitrago del Lozoya no es una simple escenografía navideña. Es una recreación monumental que ocupa 1.300 metros de recorrido y en la que participan más de 200 actores, además de técnicos, artesanos y vecinos que cada año se involucran como si fuera su primera vez. El resultado impresiona: 41 escenas que van desde la Anunciación hasta el Portal de Belén, pasando por mercados, oficios antiguos, pastores, animales y momentos cotidianos de la vida en Judea.

Lo más llamativo es el estilo de la representación. Los actores permanecen inmóviles, como figuras vivientes, sin teatralidad ni diálogos. Esa quietud aporta una solemnidad especial y permite que los visitantes contemplen cada escena como si estuvieran recorriendo un cuadro gigantesco. Con las murallas medievales detrás, el efecto es casi cinematográfico.

Este año las funciones serán los días 13, 14, 20 y 21 de diciembre, con dos pases diarios: 18:30 y 20:30 horas. La entrada cuesta 5 euros, una cantidad simbólica para un espectáculo que lleva 35 años creciendo y perfeccionándose sin perder su esencia.