Naturaleza
Animales

Suena raro, pero la ciencia lo avala: la clave para evitar la depredación de nidos de urogallo está en su olor corporal

  • Manuel Morera
  • Periodista y fundador del pódcast V9, el programa de F1 más escuchado de España. Universidad de Valencia y Radio 3. Anteriormente en ElDesmarque, Levante TV y Las Provincias.

Hay animales que sorprenden a los científicos por la capacidad para esconderse, pero en la depredación de nidos se convierte en todo un reto para la biología. Especialmente en especies como el urogallo, ya que anidan en el suelo.

El problema es que, durante años, los científicos han trabajado con métodos que no siempre reflejaban lo que ocurre en la naturaleza. Pero hora, un estudio del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC) podría haber dado con la tecla.

Al parecer, el olor corporal del urogallo es determinante para entender cómo y por qué sus nidos son localizados por los depredadores. Esto podría ayudar a mejorar el seguimiento de especies amenazadas.

Los científicos descubren que el olor corporal delata al urogallo

El trabajo está desarrollado por el Grupo de Investigación en Ecología y Gestión de Fauna Silvestre del IREC junto a la Universidad de Córdoba y el Consejo General de Arán.

Se centró en comprobar hasta qué punto el olor corporal influye en la detección de los nidos. Para ello, se utilizaron nidos artificiales impregnados con secreciones de la glándula uropigial del urogallo y se compararon con nidos sin olor y con nidos reales monitorizados en los Pirineos catalanes.

Los resultados fueron claros. Las cámaras trampa registraron una tasa de depredación del 51,4% en los nidos naturales. Los nidos artificiales con olor corporal alcanzaron cifras prácticamente idénticas, con un 52,2%.

En cambio, los nidos artificiales sin ningún tipo de olor apenas reflejaron un 6,3% de depredación, una diferencia que evidencia una fuerte subestimación del riesgo real.

En cuanto a los depredadores, las martas y garduñas (Martes martes y Martes foina) y los zorros rojos (Vulpes vulpes) fueron los principales responsables, tanto en nidos reales como en los artificiales con olor.

En estos últimos también se detectó la actuación de jabalíes y osos pardos, algo que no ocurrió en los nidos sin señales olfativas.

Por qué es importante estudiar la depredación en especies como el urogallo

La depredación es uno de los factores ecológicos que más condiciona el éxito reproductor de las aves que anidan en el suelo. En especies amenazadas y críticas, como el urogallo cantábrico y pirenaico (Tetrao urogallus), el problema se agrava.

Sus nidos son difíciles de encontrar y cualquier intento de seguimiento directo puede alterar su comportamiento o incrementar el riesgo de que sean descubiertos por los depredadores.

Para sortear estas dificultades, los investigadores suelen recurrir a nidos artificiales, una herramienta habitual por su bajo coste y por reducir la perturbación en el medio.

Sin embargo, el estudio del IREC deja clara una carencia clave de este método: la ausencia de señales olfativas reales, un elemento fundamental para muchos depredadores mamíferos que localizan sus presas principalmente a través del olfato.

El paso definitivo para proteger a las especies que anidan en el suelo

Las conclusiones del estudio del IREC confirman que prescindir del olor corporal en los nidos artificiales distorsiona gravemente los resultados, especialmente cuando los depredadores dependen del olfato.

Incorporar estas señales permite reproducir con mayor fidelidad las condiciones naturales y obtener estimaciones mucho más ajustadas del riesgo de depredación.

Este avance metodológico resulta clave para la conservación del urogallo y de otras aves terrestres amenazadas. De hecho, contar con datos fiables es esencial para entender qué limita su éxito reproductor y para diseñar estrategias de gestión eficaces.