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Estupor en la ciencia por el hallazgo de un ecosistema «de otro planeta» bajo el océano: hay 40 especies desconocidas

El océano profundo se mantiene como uno de los entornos menos explorados del planeta. La oscuridad perpetua, la presión extrema y la baja temperatura lo convierten en un espacio donde la vida parecía limitada. Sin embargo, cada expedición demuestra que los ecosistemas marinos todavía ocultan secretos y muchas, pero muchas especies desconocidas.

En las aguas de este país latinoamericano, la presencia de estos seres vivos nunca antes registrados resaltaron aún más la necesidad de ampliar los mapas de biodiversidad y comprender cómo la vida se adapta en condiciones extremas.

¿Cuál es el ecosistema en el que se registraron 40 especies desconocidas?

En el cañón submarino de Mar del Plata (Argentina), a más de 3.500 metros de profundidad, un grupo de investigadores registraron organismos que podrían redefinir lo que sabemos sobre la biología marina.

La expedición científica a bordo del buque Falkor (too) y dirigida por el Ocean Schmidt Institute documentó un entorno marino en el que sobresalen corales rojos del género Anthomastus, formando colonias que se extendían como una alfombra viviente a lo largo de las paredes del cañón.

Junto a estas formaciones, se encontraron más de 40 especies desconocidas que actualmente se analizan en laboratorios del CONICET (organismo científico y público argentino) y del Museo Argentino de Ciencias Naturales.

Las muestras incluyen fragmentos de tejido, huevos, larvas y microinvertebrados. La mayoría de ellos no tiene registros previos en aguas sudamericanas, lo que sugiere que se trata de descubrimientos inéditos para la ciencia. Los expertos señalan que este hallazgo constituye una de las mayores adiciones recientes a la biodiversidad marina del Atlántico Sur.

Así viven corales y esponjas en condiciones extremas

Los corales hallados en este entorno no dependen de la luz solar, a diferencia de los que se asocian a aguas cálidas y superficiales. Se alimentan de partículas orgánicas que las corrientes transportan desde la superficie y su crecimiento puede prolongarse durante siglos.

Entre ellos se identificó Bathelia candida, un coral pétreo robusto cuya presencia no estaba registrada en estas latitudes ni a semejante profundidad.

Además, se observaron esponjas carnívoras. Estos organismos fijos desarrollan filamentos capaces de atrapar pequeños crustáceos o larvas. A diferencia de las esponjas comunes, no filtran agua, sino que han evolucionado para capturar y digerir presas activamente.

Esta estrategia de supervivencia refuerza la idea de que los fondos marinos no son entornos desprovistos de vida, sino espacios donde la adaptación alcanza formas inesperadas.

Organismos bioluminiscentes y comportamientos inéditos

Uno de los hallazgos más llamativos fue la observación de un sifonóforo, un organismo compuesto por cuerpos clonados que actúan de forma conjunta como un solo ser. Este ejemplar fue descrito como un «candelabro viviente» debido a los destellos azules y violetas que emitía mientras flotaba en la corriente.

La bioluminiscencia en aguas profundas continúa siendo un fenómeno poco comprendido, aunque se baraja que podría utilizarse para confundir depredadores, atraer presas o facilitar la reproducción.

Durante la misión también se registró la imagen de un pulpo que protegía su puesta de huevos entre ramas de coral profundo, un comportamiento que añade información valiosa sobre la reproducción de estas especies en entornos extremos.

¿Cuál es el impacto científico y social del hallazgo de estas especies desconocidas?

La expedición no solo generó avances en el conocimiento, también despertó interés en la sociedad. Las transmisiones en directo de los buceos con el vehículo submarino SuBastian superaron cifras récord de audiencia.

Según datos del Schmidt Ocean Institute, más de 17,5 millones de personas siguieron en línea las exploraciones durante tres semanas. La mayoría de la audiencia provenía de Argentina, donde el proyecto adquirió una dimensión mediática significativa.

Como dato de color, una de las estrellas (la que figura en la imagen destacada de este artículo) fue la protagonista de las transmisiones en vivo, siendo luego apodada como «estrella culona» y «Patricio Estrella» (por la serie animada Bob Esponja).

A pesar de la riqueza biológica detectada, también se hallaron residuos humanos como bolsas plásticas, zapatos y aparejos de pesca en profundidades que se creían intactas. Esto demuestra que la huella de la actividad humana llega incluso a los lugares más remotos del planeta.

Conocimiento y conservación de los océanos

Los científicos implicados en la expedición destacan que este tipo de descubrimientos permite replantear los modelos ecológicos y ampliar las medidas de protección de los fondos marinos.

Cada una de las especies desconocidas documentadas contribuye a enriquecer el inventario de la biodiversidad y proporciona pistas sobre la evolución de la vida en condiciones extremas.

Más allá del componente científico, el proyecto consiguió acercar la investigación oceanográfica a la sociedad. La divulgación en directo, las interacciones con docentes y estudiantes, y el seguimiento masivo en plataformas digitales muestran que la ciencia también puede convertirse en un motor de interés colectivo.