Mundial Qatar 2022
Pese a ser patrocinador oficial del Mundial

A Budweiser le cierran el grifo en Qatar

Por primera vez en casi 100 años de historia del Mundial de fútbol, los aficionados no podrán consumir cerveza en los estadios que acojan los partidos de la competición. La FIFA se ha plegado in extremis a las exigencias de Qatar y el alcohol quedará fuera de los recintos y también de sus respectivos alrededores. La gran damnificada por esta decisión es la empresa cervecera estadounidense Budweiser, que invirtió decenas de millones para contar con la exclusividad y ahora sabe que sus ventas se pueden reducir de forma drástica.

Concretamente, se estima que Budweiser paga en torno a 75 millones de dólares (72,4 millones de euros) para ser la cerveza oficial del Mundial. Con esta cantidad ni siquiera le sirve para ser uno de los siete patrocinadores globales de la FIFA -uno de ellos Qatar Airways- y su contrato se ciñe al campeonato del mundo que comenzará el próximo domingo en Qatar.

Y así ha ocurrido ininterrumpidamente desde el Mundial de México en 1986, cuando la FIFA y Budweiser estrenaron su acuerdo de patrocinio. Italia’90, Estados Unidos’94, Francia’98, Corea y Japón’02, Alemania’06, Sudáfrica’10, Brasil’14 y Rusia’18. En todas esas citas aficionados de todo el planeta remojaron sus gaznates con la cebada estadounidense. Por décimo Mundial consecutivo se va a repetir la historia en Qatar, pero esta vez con muchas limitaciones.

«Esto es incómodo…»

De hecho, los aficionados, que sí podrán pedir cerveza sin alcohol en los estadios, solo podrán ingerir la versión con alcohol en el IFA Fan Festival, una zona perimetrada con capacidad para 40.000 personas y pantallas gigantes que ha sido diseñada para convertirse en el lugar encuentro de aficionados durante el torneo. A buena fe que lo será, teniendo en cuenta que será el único lugar donde trasegar cerveza.

Este viernes se confirmó la prohibición y la primera reacción de Budweiser llegó al instante. «Bueno, esto es incómodo…», se leyó en sus redes sociales, un mensaje que enseguida fue borrado y que constituye la única reacción oficial hasta el momento de la empresa estadounidense. Vendiendo cada cerveza a 14 dólares (13,5 euros), está claro que hay mucho dinero en juego.

 

Budweiser, que pertenece a la multinacional belga AB InBev, ya empezó a barruntar el desastre la semana pasada, cuando fue requerida para que trasladara sus puntos de ventas en los alrededores de los estadios hasta emplazamientos menos visible. Ahora los presagios se han confirmado y habrá que ver cómo queda su acuerdo de patrocinio con la FIFA, que se encuentra con otra patata caliente sobre la mesa antes de empezar el Mundial.