Peces de agua dulce: la trucha
En el aspecto gastronómico, hemos oído hablar de la trucha en muchas recetas. Pero, ¿cómo es realmente este pez en su hábitat natural?
La trucha es el nombre con el que se conocen a varias especies de peces de la familia de los salmónidos. Se trata de un pez que vive en aguas claras y de mucha actividad, principalmente en América del Norte, Europa, el norte de Asia y en algunos ríos de Marruecos, Nueva Zelanda y Australia. Dependiendo de la especie, una trucha mide aproximadamente hasta 80 centímetros de largo y puede superar los 5 kilos de peso. Pero se han hallado especímenes increíbles de más de 1 metro de largo, superando los 15 kilos.
Características de la trucha
La trucha no tiene espinas en las aletas, pero tiene una aleta adiposa en la parte posterior, cerca de la cola, característica común en todos los salmónidos. Aunque la mayoría de las truchas viven exclusivamente en agua dulce, como la Salmo trutta, existen algunas especies que pasan su vida adulta en el océano y suben ríos para reproducirse. Se les denomina genéricamente truchas marinas.
La trucha es un pez carnívoro que se alimenta principalmente de gusanos e insectos, aunque las especies de gran tamaño son capaces de cazar otros peces pequeños. Es un pez aficionado a comer carne y no se sentirá tentado por el pan o el maíz, preferirá el cebo vivo y que se agite nervioso, porque es un pez cazador.
Todos los salmónidos prefieren el agua fresca y clara y, según algunos expertos, evitan la circulación en áreas que contengan sustratos finos, o en donde puedan existir bajas corrientes con presencia de barro.
¿Cómo se crían las truchas?
Los salmónidos jóvenes crecen más rápido en estanques con represas construidas por castores. Los huevos fertilizados se colocan en espacios de desove y los alevines recién nacidos se crían y se liberan más tarde, en ríos degradados o que hayan sido sobreexplotados de alguna manera.
Los criaderos de truchas son beneficiosos para las especies nativas, pues contribuyen a que haya más peces, pero no son la solución ideal. Esto es así pues se ha comprobado que no contribuyen en los procesos de selección natural, y pueden generar problemas de diversidad genética. De esta manera, puede llegar a ser perjudicial introducir especies exógenas, o peces que pueden ser anormalmente portadores de enfermedades en un entorno natural.
En algunos países, la introducción de la trucha arco iris condujo a la desaparición de la trucha fario, porque competían por el mismo alimento. De la misma forma, en algunas granjas danesas, la introducción masiva y repetitiva de truchas farios “atlántica”, fue la causa de la casi desaparición de la trucha fario “mediterránea”, por la llamada contaminación genética producida por el mestizaje.
¿Te interesa este tema? Déjanos tus preguntas o comentarios sobre la trucha, este pez tan interesante.
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