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El descubrimiento que cambiaría todo sobre los gatos: nadie lo hubiera imaginado

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Los gatos son animales llenos de misterios fascinantes, y su forma de comprender el mundo continúa sorprendiendo. Desde su domesticación, muestran una serie de comportamientos únicos que parecen desafiar nuestra comprensión de sus habilidades. Investigaciones recientes están empezar a revelar aspectos de la inteligencia de los gatos que desafían algunas de las ideas preconcebidas sobre ellos.

Estudios han revelado que pueden reconocer palabras, imágenes e incluso analizar detalles espaciales para evaluar si caben en espacios estrechos. Aunque durante mucho tiempo se ha pensado que los gatos son animales que viven más «en su mundo», la ciencia está demostrando que, en realidad, tienen una comprensión compleja del entorno, basada en una autoconciencia desarrollada y un conocimiento detallado de su propio cuerpo. Esta capacidad de los gatos para relacionarse y adaptarse a su entorno puede ser mucho más avanzada de lo que se imaginaba, generando preguntas sobre hasta qué punto son conscientes de su interacción con el «mundo humano».

El gran descubrimiento sobre los gatos

Un estudio reciente realizado por investigadores de la Universidad de Azabu en Japón ha revelado que los gatos domésticos tienen la habilidad de asociar palabras humanas con imágenes sin requerir premios o estímulos. Esta investigación, publicada en Scientific Reports, analizó cómo los gatos interpretaban el entorno al observar imágenes en la pantalla de un ordenador mientras escuchaban palabras habladas.

Investigaciones anteriores ya habían señalado que los gatos responden cuando escuchan su propio nombre, pero éste nuevo estudio amplía el conocimiento, sugiriendo que son capaces de comprender muchas otras palabras además de su nombre. Para el experimento, el equipo trabajó con 31 gatos domésticos adultos, utilizando una prueba de palabras similar a la utilizada en bebés humanos en desarrollo.

Durante la prueba, los gatos miraban animaciones en las que aparecían distintos objetos, como soles y nubes, mientras escuchaban palabras asociadas a cada imagen. Posteriormente, los investigadores cambiaron la relación entre palabra e imagen para ver si los gatos detectaban la discrepancia.

Los resultados confirmaron que los gatos, al detectar un cambio entre el sonido y la imagen, aumentaban su tiempo de atención a la pantalla, lo cual indicaba que habían establecido una asociación. Curiosamente, esta respuesta solo se observó cuando el sonido provenía de una voz humana y no de una voz artificial. «Esto sugiere que los gatos tienen una mayor predisposición a relacionar las palabras con el habla humana que con sonidos electrónicos», afirmó Saho Takagi, el autor principal del estudio.

Además, se encontró que los gatos logran estas asociaciones rápidamente, incluso con menos tiempo de exposición que los bebés humanos en estudios similares. Mientras los gatos solo necesitaron alrededor de nueve segundos para emparejar imagen y palabra, los bebés requieren cuatro sesiones de 20 segundos para formar una asociación similar. El equipo concluyó que, dado este rápido aprendizaje, es probable que los gatos domésticos habitualmente asocien palabras humanas con objetos cotidianos. Este hallazgo brinda nuevas perspectivas sobre la capacidad cognitiva de los gatos para interpretar su entorno a través del lenguaje humano.

Pueden comportarse ‘como un líquido’

Por otro lado, un estudio dirigido por el etólogo Péter Pongrácz de la Universidad Eötvös Loránd, en Hungría, ha arrojado luz sobre la sorprendente habilidad de los gatos para adaptarse a espacios reducidos, actuando casi como «líquido». Parece que los felinos utilizan una percepción inusual de su propio tamaño y forma para analizar si pueden pasar a través de estrechas aberturas. Aunque aún no se conoce por completo cómo esta autoconciencia influye en su comportamiento, el estudio ofrece datos relevantes sobre cómo los gatos relacionan su cuerpo con su entorno.

El estudio, publicado en iScience, se llevó a cabo en varias viviendas de Budapest y contó con la participación de 30 gatos. Los investigadores instalaron paneles de cartón en las puertas, con aberturas de distintos tamaños en ancho y altura. Los dueños de los gatos los llamaban desde el otro lado, permitiendo a los científicos observar cómo los felinos reaccionaban al intentar cruzar. A diferencia de los perros, que tienden a vacilar ante aperturas más pequeñas, los gatos no parecieron dudar al enfrentarse a espacios reducidos, siempre que fueran lo suficientemente altos.

Aunque los gatos no mostraban una reacción notable al ancho de las aberturas al principio, sí modificaban su comportamiento cuando la altura de la abertura disminuía, lo que indica que las dimensiones verticales y horizontales influyen de manera diferente en sus decisiones. Pongrácz destaca que los gatos tienden a confiar en una «representación mental» de su tamaño corporal para valorar si pueden cruzar o no.

Los investigadores también observaron que los gatos utilizaban una estrategia de prueba y error al enfrentarse a estas aberturas, evidenciando su habilidad para ajustar su comportamiento de acuerdo con el espacio disponible. Pongrácz concluye que los gatos poseen una autopercepción desarrollada y los describe como «casi líquidos» debido a su flexibilidad para moverse en espacios estrechos.