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¿Cómo debe ser la relación entre tu caballo y el niño?

Cuando tenemos un caballo y niños en casa, nos preguntamos si los pequeños pueden interactuar con estos bellos animales. ¿Cómo es la relación entre el caballo y el niño?

La relación entre tu caballo y el niño puede llegar a ser de una gran complicidad y cariño. Los caballos son animales extraordinarios que se caracterizan por su nobleza y lealtad, por ello no es de extrañar que se lleven tan bien con los más pequeños de la casa. Por supuesto, es necesario que siempre esté un adulto presente supervisando, pero en general la relación que surge entre estos animales y los niños suele ser muy especial.

Relación entre tu caballo y el niño

Como estamos viendo, la relación en tu caballo y el niño puede llegar a ser sumamente especial. De hecho, esa relación puede hacerse tan fuerte que es posible que crezca con el paso de los años. Una de las claves de ello radica en que el caballo es un animal muy sensible, capaz de detectar sentimientos que otras personas u animales no son capaces. Además, el caballo se caracteriza por su gran nobleza y lealtad, lo cual le permite estrechar vínculos con las personas.

Los niños, por su parte, son seres maravillosos, dulces e inocentes. Por ello no es de extrañar que tengan tan buena relación con los animales y en este caso con los caballos. De hecho, está demostrado que los niños que se relacionan de forma regular con los caballos mejoran su capacidad de relacionamiento con su entorno, entre muchos otros beneficios.

Terapia con caballos

La relación entre los caballos y los niños puede llegar a ser tan beneficiosa que hoy en día se utiliza como terapia para diferentes tipos de problemas, incluyendo el autismo. Este tipo de programa terapéutico ha arrojado muy buenos resultados. Además de que el niño mejora notablemente su tono muscular, fuerza y coordinación, también aumenta su confianza en sí mismo y como resultado mejora su capacidad de relacionarse con su entorno.

Otra  de las ventajas de este tipo de terapia con los caballos es el mejoramiento de las habilidades de lenguaje y cognitivas. La razón es que el caballo proporciona de forma completamente natural un entorno amigable de aprendizaje. El vínculo emocional que se desarrolla entre ambos también le permite al niño aprender a valorar los sentimientos para con los demás.

La relación entre los caballos y las personas, en general, suele ser muy buena, pero cuando se trata de niños es aún más especial. Es importante que siempre esté presente un adulto, especialmente un instructor que pueda guiar al niño y al animal a un encuentro seguro y así, poco a poco, crear un vínculo emocional indestructible.