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Así es como debes llevar a tu perro en el coche, según la DGT: lo estás haciendo mal

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

El perro es un miembro más de la familia, así que nos acompaña en muchos de nuestros viajes. Sin embargo, para velar por su seguridad, es fundamental saber cómo llevar al perro en el coche. No cumplir con la normativa que establece la Dirección General de Tráfico (DGT) puede derivar en multas oscilan entre 80 y 500 euros, dependiendo del riesgo que suponga para la seguridad vial.

El Reglamento General de Circulación, en su artículo 18.1, establece que «el conductor deberá mantener su propia libertad de movimientos y el campo de visión despejado, sin que los objetos o animales transportados puedan interferir en la conducción». Asimismo, la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, en su artículo 13,determina lo siguiente: «El conductor debe garantizar que nada le entorpezca ni dificulte su visibilidad. Para ello, debe procurar la adecuada colocación de objetos o animales transportados para que no haya interferencia entre el conductor y cualquiera de ellos».

¿Cómo hay que llevar al perro en el coche?

«Cuando viajemos con animales en el interior del vehículo, se colocará un separador que impida que ocasione molestias o pueda ser causa de distracciones. Más de la mitad de los conductores vive situaciones de riesgo por culpa de no llevar a los animales bien sujetos en los vehículos», alerta la DGT.

En ningún caso se permite llevar al perro en el coche en brazos, por muy pequeño que sea; la normativa es la misma para todos, independientemente de si es un Chihuahua de dos kilos que un Gran Danés de 60 kilos. Tampoco está permitido que el animal vaya en el asiento sin sujeción. Aunque la legislación no especifica un método concreto, sí exige que el animal esté sujeto correctamente para que no suponga un peligro en caso de frenazo brusco o accidente.

Sistema de retención

«Existen varios sistemas de sujeción para animales disponibles para incorporar al vehículo. Desde arneses de uno o dos anclajes, a transportines en el suelo o maletero, pasando por rejillas rígidas para el maletero. La elección de uno u otro depende del tamaño y tupo del animal. En general la mejor forma de llevar mascotas, si éstas son pequeñas, es en su transportín en el suelo del vehículo. Si la mascota es grande, lo mejor es colocar el transportín en el maletero en posición transversal a la dirección de la marcha. Preferible en este caso, para mayor seguridad, combinar este sistema con la rejilla divisoria».

Consejos para un viaje seguro

Además de llevar al perro bien sujeto en el coche, es fundamental garantizar su bienestar durante el trayecto. Para ello, es esencial hacer paradas cada dos horas para que el animal pueda relajarse, estirar las patas y beber agua.  Durante estas paradas, aprovecha para dar un breve paseo, siempre con correa y en lugares seguro.

Uno de los errores más frecuentes que cometen los dueños es dar de comer a su mascota justo antes del viaje. Esto puede provocar mareos, vómitos y malestar durante el trayecto. Lo más recomendable es ofrecer la última comida unas tres o cuatro horas antes de salir.

Por supuesto, nunca dejes a tu mascota sola dentro del coche. Aunque la temperatura exterior pueda parecer moderada, el interior del vehículo puede alcanzar niveles peligrosos en cuestión de minutos, provocando un golpe de calor que puede resultar mortal.

«Más de la mitad de los conductores vive situaciones de riesgo por culpa de no llevar a los animales bien sujetos en los vehículos. 1 de cada 5 usuarios lleva a su mascota sin ningún sistema de protección. El 87% utiliza sistemas de retención, un 11% coloca al animal en el maletero, separado de los ocupantes, pero sin retención, protección, ni red separadora, y sólo un 1% lleva al animal suelto en el vehículo o en brazos de un ocupante. En caso de accidente, a una velocidad de 50 Km/h un animal suelto multiplica su peso por 35. Un perro de 5 kg, en un accidente a 60 km/h, multiplica su peso por 56 debido a la inercia, y sale disparado con un peso equivalente de 280 kilogramos», recoge la DGT.