La impresionante ruta para hacer esta primavera en Madrid: 4 puentes y visita a un Castillo incluida
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Ahora que ya estamos en primavera, y sobre todo en Semana Santa, apetece más que nunca el poder organizar una escapada. Y en el caso de Madrid y sus alrededores, es imposible no sentir ese impulso de salir al aire libre y disfrutar de la naturaleza en su máximo esplendor si tenemos en cuenta que son muchos los pueblos que podemos visitar estos días. Entre todos ellos, destaca uno que sin embargo pocos conocen todavía y que seguro que te va a encantar ya que ofrece una impresionante ruta con 4 puentes y visita a un castillo incluida.
A tan sólo una hora de la capital se esconde uno de esos rincones que parecen sacados de una postal: La Adrada, un municipio abulense considerado como pueblo mágico de España que esconde una de las rutas más completas y encantadoras para disfrutar en esta época del año. Aquí es posible caminar entre prados floridos, atravesar cuatro puentes de piedra con siglos de historia y coronar el paseo con una visita a un castillo que se impone silenciosamente desde lo alto. Un rincón cerca de Madrid que es todo un canto a la naturaleza, historia y tradición y que podemos visitar en una sola jornada. Se llama o se conoce como Ruta de los Puentes de La Adrada y es perfecta para quienes buscan una excursión sencilla pero muy completa. No hace falta tener experiencia en senderismo ni una forma física extraordinaria, sólo ganas de respirar aire puro, caminar con calma y dejarse sorprender por un entorno que invita a desconectar del ruido urbano. A continuación, te contamos todo lo que necesitas saber para vivir esta experiencia como se merece: cómo llegar, qué ver y por qué esta ruta está conquistando cada vez a más madrileños.
La impresionante ruta para hacer esta primavera en Madrid
La Ruta de los Puentes de La Adrada discurre por la antigua vía de comunicación que unía El Escorial (Madrid) con el Monasterio de Yuste (Cáceres), y que en su momento fue utilizada por los monjes jerónimos. Hoy, ese camino se ha transformado en un sendero rodeado de vegetación que sigue el curso del río Tiétar, atravesando algunos de los puentes medievales mejor conservados de la zona. Todo el recorrido está envuelto por la imponente presencia de la Sierra de Gredos, que asoma entre los árboles y aporta un telón de fondo espectacular en cada tramo.
La ruta no tiene pérdida: basta con seguir el sendero que parte desde el mismo pueblo de La Adrada. Un buen lugar para aparcar es la zona del cementerio, donde el acceso al camino es más directo. El recorrido supera los 15 kilómetros, pero el terreno es prácticamente llano, con caminos anchos y bien señalizados. Es una caminata que se disfruta sin prisas, perfecta para ir en pareja, en familia o con tu perro, ya que es 100% pet friendly.
Cuatro puentes que cuentan siglos de historia
El verdadero encanto de esta ruta está en los puentes. No son sólo estructuras de piedra, sino testigos de siglos de pasos, de carretas, de caminantes y de historia. El primero en aparecer es el Puente Mosquea, robusto y bien conservado, que invita a detenerse y mirar cómo el río se desliza bajo sus arcos. Le sigue el Puente Chico, sin duda el favorito de muchos, ya que su forma redondeada y el entorno boscoso que lo rodea le dan un aire completamente mágico. Parece salido de un libro de cuentos.
Más adelante aparece el Puente Mocha, otro de los históricos, con esa apariencia sobria y envejecida que le aporta aún más encanto. Finalmente, el recorrido lleva al Puente Nuevo, algo más reciente pero perfectamente integrado en el paisaje. Cada uno tiene su personalidad, y el conjunto de los cuatro convierte la caminata en una pequeña expedición entre siglos pasados y naturaleza viva.
Un castillo con vistas para cerrar la jornada
El premio final de la ruta no podía ser mejor: al regresar al pueblo, el castillo de La Adrada espera en lo alto para completar la experiencia. Este castillo medieval, rehabilitado con mucho cuidado, es uno de los emblemas de la zona. Su exterior puede disfrutarse gratuitamente, y ya sólo el paseo alrededor de sus muros es una delicia. Pero si se quiere ir un paso más allá, merece la pena pagar los 3 euros que cuesta la entrada para ver su interior y disfrutar de las vistas desde las almenas.
Además, el castillo permite la entrada de perros, lo que lo convierte en una parada ideal para quienes hacen la ruta con su mascota. La Adrada, en general, es un municipio muy amable con los animales, algo que se agradece mucho y que, lamentablemente, aún no es tan común como debería. Aquí no hay que dejar a nadie fuera del plan.
Dónde comer y descansar
Después de una caminata de más de 15 kilómetros, lo justo es reponer fuerzas como se merece. En el propio pueblo, el Bar Restaurante Avenida es una opción muy recomendada por los visitantes. Tiene platos variados, precios razonables y una terraza cubierta donde los perros también son bienvenidos. Es el tipo de sitio que no necesita lujos para ser perfecto: comida casera, trato amable y un ambiente relajado que encaja a la perfección con el espíritu de la ruta.
Además, La Adrada cuenta con varias zonas de merendero por si se prefiere llevar bocadillos y hacer picnic, especialmente si se viaja con niños o se quiere ahorrar. Lo importante es disfrutar del momento, de la comida y del entorno, sin prisas.