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Dermaplaning: así es el tratamiento de belleza viral al que se somete Eva Mendes

Eva Mendes es una actriz y modelo que muchos recordarán por películas como «Training Day» o «2 Fast 2 Furious» y que en los últimos años ha encaminado su carrera hacia las redes sociales, siendo toda una influencer de belleza con más de 4 millones de seguidores en Instagram, donde recientemente mostró uno de sus tratamientos de belleza que ha provocado que se convierta en algo viral. Nos referimos al dermaplaning, algo que la propia Mendes comentó como «afeitarse la cara», y que ha generado también cierta polémica, dado que muchos de sus seguidores han quedado algo confundidos. Descubramos más sobre el Dermaplaning y cómo es este tratamiento de belleza ahora tan de moda entre las famosas.

Qué es el dermaplaning

Lo que Mendes definió como «afeitarse el rostro» en realidad se corresponde con el dermaplaning. Esta es una técnica de exfoliación facial que consiste en rasurar la piel con una cuchilla especial para eliminar las células muertas y el vello fino del rostro. Se trata de un tratamiento que ofrece múltiples beneficios para la piel, como mejorar su textura, su luminosidad y su firmeza, reducir las arrugas y las manchas y facilitar la absorción de los productos cosméticos. Sin embargo, también tiene algunos riesgos y contraindicaciones que conviene conocer antes de probarlo.

El dermaplaning es un procedimiento que como comentamos, se realiza con una cuchilla quirúrgica estéril que se desliza suavemente sobre la piel del rostro, siguiendo la dirección del crecimiento del vello. De esta forma, se eliminan las células muertas y el vello fino o pelusa que cubre la superficie de la piel, dejando una capa más lisa y uniforme.

El dermaplaning se puede realizar en casa o en un centro de estética, aunque tal y como se vio en el vídeo que Mendes subió a redes, se recomienda acudir a un profesional cualificado para evitar posibles cortes, irritaciones o infecciones. El tratamiento suele durar entre 20 y 30 minutos y se puede repetir cada 4 o 6 semanas, dependiendo del tipo y la necesidad de la piel.