Investigación
Con la excusa de protegerles

La Policía tomó 3 días la casa de Bárcenas para buscar los pendrives sensibles tras fallar el secuestro

Interior pagó 10.000 € de fondos reservados al falso cura para secuestrar a los Bárcenas

El chófer de Bárcenas fue sobornado con fondos reservados para sustraer información sensible de políticos del PP en manos de Bárcenas

La policía contrató a un falso mercenario peligroso y con un largo historial delictivo

La Policía permaneció 3 días en el domicilio de los Bárcenas con la intención de encontrar los documentos sensibles que afectaban a Mariano Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría, Javier Arenas y María Dolores de Cospedal con la excusa de que necesitaban protección tras fracasar el secuestro.

Como desveló ayer OKDIARIO la operación del falso cura no había logrado recuperar los tres pendrives que, según el chófer-topo de la Policía, el ex tesorero del Partido Popular había escondido en el domicilio familiar.
Fuentes próximas a los Bárcenas señalan que ya entonces, en los días siguientes al 23 de octubre de 2013 –la fecha del secuestro frustrado– los familiares del ex tesorero, que entonces se encontraba en la cárcel de Soto del Real, ya sospecharon de tal despliegue policial. No sólo por su duración, sino porque, además, los policías iniciales fueron sustituidos por otros ajenos al primer reconocimiento y ajenos a la estructura habitual de una investigación de este estilo.

Ahora, cinco años después, la familia Bárcenas no guarda ninguna duda sobre las informaciones publicadas por este periódico: el falso cura era un mercenario contratado por la Policía y los agentes permanecieron en su casa para investigar desde dentro y realizar un registro con el que poder localizar archivos o documentos físicos que recogieran información sensible de altos cargos del PP que el falso cura no había conseguido localizar. Incluso, no descartan que entonces colocaran algunos micrófonos en el interior de la vivienda.

Todo unido a la condición de topo del chófer del ex tesorero, se colocaba a la familia de Luis Bárcenas como la más vigilada de España. Mariano Rajoy, entonces presidente del Gobierno, y los altos cargos de su ejecutivo y del partido estaban preocupados con el «ventilador» de quien había estado al frente de las finanzas de Génova desde junio de 2008, cuando fue ascendido de gerente a tesorero en sustitución de Álvaro Lapuerta hasta julio de 2009.

Vigilancia a los Bárcenas

Entonces, fue cesado tras estallar el caso Gürtel y en 2013 ingresó en prisión.
A pesar del fracaso del secuestro, que puso en peligro la ‘operación Cuisine’, el Ministerio del Interior ordenó continuar con el seguimiento a Luis Bárcenas, centrado también en su esposa Rosalía Iglesias y su hijo Guillermo. Los agentes del Área Especial de Vigilancia, repartidos en dos grupos de diez unidades se mantuvieron apostados en las cercanías del domicilio de Príncipe de Vergara, mientras sus compañeros de Información intentaban encontrar los “papeles” en el interior de la vivienda.

Los seguimientos y el control efectuado con efectivos policiales, por lo tanto, se realizaron tanto antes como después de la entrada del falso cura en la casa de los Bárcenas. El detalle de ese control llegó al punto de que se trasladaron informes del propio hijo de los Bárcenas -Guillermo- relatando sus movimientos y los lugares que frecuentó en los días previos y posteriores al secuestro. Posteriormente a estos seguimientos al hijo, de hecho, se desaconsejó continuar con su control ante la evidencia de que no estaba al corriente de documentos ni dosieres.

Durante el operativo de entrada del falso cura en el domicilio familiar del ex tesorero del PP, los policías que realizaron el control de la vivienda de los Bárcenas trasladaron la información de los movimientos observados. Narraron en directo a sus mandos la entrada del mercenario e, igualmente, informaron de la entrada posterior del chófer-topo. Fuentes de primer nivel conocedoras del operativo han reconocido a OKDIARIO que, además, sabían desde semanas antes de la existencia del plan de entrada en el domicilio familiar. La explicación que se les dio fue que “hay que recuperar los tres pendrives” y el mercenario encargado de la entrada “era un profesional” que ya había realizado trabajos similares en el pasado.

El operativo contra los Bárcenas, como investiga la Unidad de Asuntos Internos de la Policía (UAI), fue una misión extrajudicial que el Ministerio del Interior autorizó para impedir que los jueces que investigaban el caso Gürtel tuvieran acceso a los documentos de la contabilidad B del PP y los sobresueldos de algunos de sus dirigentes. La UAI ha elaborado un amplio informe, que entregó al magistrado de apoyo del Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, en el que se señala a José Villarejo y Enrique García Castaño como los comisarios que pusieron en marcha el operativo policial.