Internacional

El ridículo de la rival presidencial de Milei que quiere un Ministerio de la Felicidad en Argentina

Las promesas y recetas populistas siguen siendo una tónica entre los candidatos a las elecciones en Argentina (22 de octubre), como el caso de la antigua peronista Patricia Bullrich, de la coalición Juntos por el Cambio y rival de Javier Milei, que ha prometido un ministerio de la Felicidad, al más puro estilo de Nicolás Maduro, que en 2013 creó el viceministerio para la Suprema Felicidad Social del Pueblo Venezolano.

Argentina vive un proceso crucial en su historia. Con un 113,4% interanual, la subida de precios es imparable, y se calcula que el 46% de los argentinos son oficialmente pobres. Tras décadas de nacionalpopulismo, el valor del peso en el mercado es cada vez más bajo, hasta el punto de que resulta más rentable fundir el metal con el que se fabrican.

Es una muestra más de la profunda crisis económica que atraviesa el país sudamericano, y que ha visto en el liberal Javier Milei una esperanza contra la corrupción, el kirchnerismo y la deriva de miseria que han tomando otros países de la zona que ya han sucumbido al Grupo de Puebla y al Socialismo Siglo XXI.

Fue en una entrevista en el canal argentino TN, con Diego Sehinkman, donde Patricia Bullrich dijo que implantará «un sistema que va a mirar integralmente a los argentinos para que pasen del llanto a la alegría, de la destrucción, del devastamiento, al progreso». Cuando el atónito presentador le preguntó si esa ocurrencia estaría a cargo de un ministro, Patricia Bullrich respondió «a cargo de alguien que no te lo imaginás».

No fue la única declaración sorprendente a lo largo del programa, como han recogido numerosos usuarios en redes sociales.

Por su manera de hablar diciendo naderías y divagaciones recuerda a la vicepresidenta segunda del Gobierno de España. De hecho, la comunista Yolanda Díaz ya habló del «derecho a la felicidad».

En 2016, Podemos e IU (con figuras como Ada Colau o Mónica Oltra en la campaña) eligieron como lema electoral «La sonrisa de un país», a pesar de estar inmersos ya en cruentas luchas intestinas y que se habían sucedido numerosas purgas de miembros díscolos con la férrea dirección de Pablo Iglesias.