Internacional

La policía de Maduro ataca a Lilian Tintori con gases lacrimógenos en Caracas

Es ‘la madre de todas las marchas’, o así la han bautizado los líderes de la oposición de Venezuela, reunidos en la Mesa de Unidad Democrática (MUD). Desde 19 puntos distintos de Caracas, diputados de todas las formaciones que componen la coalición lideran grupos de manifestantes que se dirigen a la Defensoría del Pueblo, en el centro de la capital, para exigir «libertad». En una de las calles, la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) ha atacado a Lilian Tintori con gases lacrimógenos.

Tintori es la esposa de Leopoldo López, el preso político más famoso de Latinoamérica, quien lleva más de dos años preso cumpliendo una condena de casi 14 años tras los incidentes de otra ola de manifestaciones opositoras en 2014. El régimen inventó unas falsas acusaciones —como reconoció el propio fiscal del caso, Franklin Nieves, tras desertar y huir a Estados Unidos— para condenar a López como responsable de las 43 muertes que se registraron entonces.

La oposición democrática siempre ha alegado que sus marchas son pacíficas y que los incidentes fueron provocados por agentes infiltrados del régimen chavista. Y hoy López vive recluido y aislado, sometido a vejaciones y a denegaciones de asistencia letrada o visitas de familiares, en lo alto de una torre herrumbrosa de la cárcel militar de Ramo Verde.

Las imágenes que acompañan esta información son de este mismo miércoles, en la mañana de Caracas. Y demuestran que el grupo de manifestantes marcha de manera pacífica y se encuentra con los agentes de la GNB que, sin mediar provocación, los atacan con botes de gases lacrimógenos.

Desde que el pasado 30 de marzo el Tribunal Supremo dictara varias sentencias para usurpar los poderes de la Asamblea Nacional —controlada desde las elecciones del 6 de marzo de 2015 por dos tercios de diputados de la oposición—, se han sucedido decenas de marchas por todas las grandes ciudades de Venezuela.

Los líderes democráticos han calificado de «autogolpe» la decisión de los jueces nombrados a dedo por Maduro, lo que quedó demostrado cuando el dictador les ordenó dar marcha atrás tras la presión internacional y las críticas de la fiscal general, Luisa Ortega, a la decisión y del Defensor del Pueblo, Tarek William Saab, a la represión.