Internacional

Al menos 100 muertos en un ataque con gas tóxico en la ciudad siria de Jan Shejun, en manos rebeldes

Al menos 100 civiles, entre ellos numerosos niños, ha muerto este martes por la mañana en un bombardeo aéreo con «gas tóxico» en la ciudad de Jan Shejun,, en la provincia de Idlib del noroeste de Siria, según ha informado el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH). Hasta 400 personas han tenido que ser atendidas por intoxicación.

Según la ONG, que desconoce de qué tipo de gas se trata, los civiles murieron por asfixia y decenas más sufrían problemas respiratorios y otros síntomas.  Varias personas «murieron tras ser trasladadas a los hospitales. Todas son civiles», precisó a la AFP Rami Abdel Rahman, director del OSDH.

La organización indicó que, según fuentes médicas en el terreno, se habían producido desmayos, vómitos y las víctimas echaban espuma por la boca.


El OSDH, basado en Gran Bretaña y que cuenta con una vasta red de fuentes en Siria, no pudo precisar si los bombardeos provenían de aviones del ejército sirio o rusos, aliados del régimen.

El ataque se produce al inicio de una conferencia de dos días en Bruselas sobre el futuro de Siria auspiciada por la Unión Europea y Naciones Unidas. La oposición siria instó inmediatamente a la ONU a investigar este último ataque.

Fotos difundidas por activistas mostraban a voluntarios de los Cascos Blancos, los socorristas en zona rebelde, ayudar a los heridos rociándolos con agua y al menos dos hombres con espuma blanca alrededor de la boca.

La provincia de Idlib se encuentra controlada mayoritariamente por una alianza de rebeldes y yihadistas y es bombardeada regularmente por aviones del ejército sirio y de Rusia, así como de la coalición liderada por Estados Unidos para neutralizar a los yihadistas.

Otros nueve ataques químicos

El Gobierno sirio ha desmentido en muchas ocasiones el uso de armamento químico en una guerra que ya ha dejado más de 320.000 muertos desde marzo de 2011.

Pero las alegaciones de que Damasco emplea este tipo de armas se suceden y una investigación dirigida por la ONU ha apuntado al régimen por al menos tres ataques con clorina en 2014 y 2015.

Siria ratificó la Convención sobre la prohibición de armas químicas en 2013.

El viernes, Médicos Sin Fronteras (MSF) había afirmado que una bomba lanzada desde un helicóptero había explotado el 25 de marzo en la entrada de un hospital en un sector rebelde de la provincia de Hama, al sur de Idlib, matando a dos personas. Según MSF, citando a personal médico, se emplearon «armas químicas» porque entre los pacientes y los sanitarios se detectaron problemas respiratorios vinculados a este tipo de ataque.

En octubre de 2016, el Consejo de Seguridad había recibido un informe confidencial concluyendo que el ejército sirio llevó a cabo un ataque químico, sin duda con cloro, en Qmenas (provincia de Idlib) el 16 de marzo de 2015.

En un informe previo, la comisión de investigación bautizada como Joint Investigative Mechanism (JIM), había concluido que se había esparcido gas de cloro desde helicópteros militares al menos en otras dos localidades de Idlib, en Talmenes el 21 de abril de 2014 y en Sarmin el 16 de marzo de 2015.

En total, sobre nueve supuestos ataques químicos estudiados por los expertos, tres fueron atribuidos al régimen y uno a los terroristas del autodenominado Estado Islámico, con gas mostaza, en Marea, cerca de Alepo, el 21 de agosto de 2015.

La Unión Europea puso el 20 de marzo en su lista negra a cuatro nuevos responsables militares sirios acusados de haber empleado «armas químicas contra la población civil» en 2014 y 2015, según un comunicado.

A principios de marzo, la Organización para la prohibición de las armas químicas (OIAC) anunció que estaba investigando sobre ocho presuntos ataques con gas tóxico cometidos en Siria desde inicios de año.

En agosto de 2013, el régimen fue acusado de emplear gas sarín en una ataque en dos sectores rebeldes cerca de Damasco que dejó 1.400 muertos, según Washington. En septiembre, un acuerdo ruso-estadounidense sobre el desmantelamiento del arsenal químico sirio descartó in extremis la amenaza de ataques aéreos norteamericanos contra el régimen.

La embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, declaró el lunes que el presidente Al Assad era un «criminal de guerra», un «obstáculo a la paz» y que la forma en que trataba a los sirios era «repugnante», si bien la semana pasada afirmó que la salida del presidente sirio del poder había dejado de ser una «prioridad» para Estados Unidos.