Maduro despliega el ejército en el estado de Táchira, y militariza la frontera con Colombia

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El dictador venezolano Nicolás Maduro, junto a las tropas en La Guaira. (Reuters)

El dictador venezolano, Nicolás Maduro, ha ordenado este miércoles el despliegue del ejército en el estado Táchira y la militarización de la frontera con Colombia después de que se registraran fuertes disturbios, en una agudización de la crisis que deja 42 muertos en siete semanas de protestas opositoras y que incluso ya se elevó a la ONU.

«He ordenado el traslado de 2.000 guardias y 600 tropas de operaciones especiales», anunció el ministro el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, a través de la televisora gubernamental VTV.

Entre la noche de martes y este miércoles, decenas de comercios fueron saqueados y dos estaciones de policía incendiadas en Táchira, donde muchos negocios permanecían cerrados por temor a nuevos actos vandálicos.

Los focos de violencia también persisten en otros puntos del país. En la periferia este de Caracas, en San Antonio Los Altos, se mantienen los disturbios y barricadas montadas por encapuchados.

«No podemos hablar de manifestaciones. Se trata de un accionar subversivo […], que está rayando ya en la fase de insurgencia armada», manifestó el general Padrino López.

La oleada de protestas iniciada el 1 de abril se perfila como la más trágica de los años recientes en Venezuela y está a punto de igualar la cifra de 43 asesinados de las movilizaciones contra Maduro entre febrero y mayo de 2014.

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El ministro de la Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López.

Las protestas tienen como causa el autogolpe de Estado dado por los jueces del Tribunal Supremo usurpando las funciones de la Asamblea Nacional el pasado 31 de marzo, y como combustible un grave deterioro económico y social en el país petrolero, con severa escasez de alimentos y medicinas, la inflación más alta del mundo y una criminalidad desbordada.

«Menos bombas, más medicinas»

Médicos, enfermeras y otros especialistas marchan este miércoles en Caracas, con la intención de ir hacia el Ministerio de Salud, pero debieron cambiar su ruta porque sus pares chavistas se alistan para un acto que será encabezado por Maduro.

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Marcha de médicos y enfermeros por las calles de Venezuela contra la dictadura de Maduro.

Hace una semana, Antonieta Caporale fue cesada como ministra de Salud tras divulgar un boletín que reveló que la mortalidad infantil había aumentado un 30,12% en 2016 y la materna 65%, mientras repuntan enfermedades como la malaria.

Con sus batas blancas, médicos y enfermeras, acompañados de líderes del sector salud y de organizaciones de pacientes, marchan coreando: «¡No queremos armas, queremos medicinas!».

«Tanquetas no, ambulancias sí», «Menos bombas, más medicinas», se lee en las pancartas que portan los manifestantes, criticando el uso de gases lacrimógenos y vehículos blindados para detener las marchas opositoras.

Los manifestantes planean entregar al nuevo ministro de Salud, Luis López Chejade, un documento donde exigen solución al desabastecimiento de medicamentos y al mal funcionamiento de la red hospitalaria, una revisión de la infraestructura médica y la apertura de un canal humanitario.

Protesta con luces

Los opositores harán dos concentraciones nocturnas en Caracas, un desafío a la inseguridad en un país que exhibe una de las tasas de homicidios más altas del mundo: 70,1 por cada 100.000 habitantes, ocho veces mayor al promedio mundial.

La oposición convocó a la «concentración de las luces» en memoria de los fallecidos en las protestas, que además dejan cientos de heridos y más de un millar de detenidos, de los cuales 159, según la ONG de derechos humanos Foro Penal, fueron enviados a prisión por tribunales militares.

Pero la noche del martes, el dictador bolivariano comparó las «luces» con «antorchas», tildándolas de «simbología fascista». Maduro renovó sus acusaciones sobre un plan orquestado por Washington para intervenir en Venezuela, a la vez que denunció una «campaña de persecución». «Somos los nuevos judíos del Siglo XXI», dijo.

La oposición exige elecciones generales y rechaza la convocatoria de Maduro a una Asamblea Constituyente, por considerarla un «fraude» con el que busca perpetuarse en el poder. Maduro, cuya gestión desaprueban siete de cada diez venezolanos según encuestas, asegura que la Constituyente traerá la paz y prometió que en 2018 habrá elecciones presidenciales, pero no generales.

En su amplia agenda de protestas, la oposición llamó a marchar el jueves hacia la sede del Ministerio de Interior, y el sábado están previstas manifestaciones en todo el país.

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