Internacional

La periodista española que dejó la comunicación política y hoy ayuda a los niños más vulnerables de Perú

Leyva viajó sola durante cinco semanas por Perú, tras regresar a España comprendió que su lugar en el mundo estaba en el corazón del Valle Sagrado de los Incas

Trabaja como responsable de Comunicación de la Fundación Niños del Arco Iris, una organización que trabaja con niños en situaciones de vulnerabilidad económica

Estefanía Leyva es periodista, tiene una trayectoria dilatada en televisión, así como en otros sectores de la comunicación como la política; pero últimamente se ha hecho especialista en reinvenciones. Tras publicar varios libros y cambiar completamente de vida hacia una realidad mucho más espiritual, Leyva se ha ido a vivir a Perú, donde además de seguir publicando, también trabaja como responsable de Comunicación de la Fundación Niños del Arco Iris, una organización que trabaja con niños en situaciones de vulnerabilidad económica en el Valle Sagrado.

Cuéntanos sobre la Fundación Niños del Arco Iris. ¿Cuál es tu papel? ¿Qué nuevos retos tenéis en mente?

Es una organización sin fines de lucro que ayuda a los niños en situación de vulnerabilidad económica del Valle Sagrado y el trabajo que se lleva a cabo aquí es impresionante. Yo me acabo de incorporar a la Familia Niños del Arco Iris como responsable de Comunicación, Comercial y Alianzas Estratégicas, siendo muy consciente que, lejos de tener un trabajo, tengo un propósito y una misión.

La Fundación Niños del Arco Iris nació hace 23 años de la mano de Helena Van Engelen, más conocida como la Mamita Helena. Su historia de vida me inspira y despierta en mí una profunda admiración, puesto que, como yo, recibió una Llamada Divina a la que respondió con toda la valentía y la pureza de su inmenso corazón. Creo que personas como ella dejan la Tierra mejor de lo que la encontraron, nosotros aquí intentamos mejorar la vida de los niños. En mi caso, sus vidas, sus historias y sus personalidades me inspiran cada día a dar lo mejor de mí para ayudar a que este proyecto se sostenga y siga creciendo.

«Somos conscientes de que trabajamos por un objetivo común: los niños»

Todos los que formamos parte de Niños del Arco Iris somos conscientes de que trabajamos por un objetivo común: los niños. Nuestro principal reto está puesto en sostener todo lo que se ha construido con esfuerzo y dedicación a lo largo de los últimos 23 años, pero también en los proyectos que tenemos por delante, los cuales son muy ilusionantes. Principalmente, la construcción del pabellón de Secundaria gracias al cual vamos a poder completar la educación de nuestros chicos, evitando que a partir de los trece años tengan que seguir formándose fuera de la fundación.

¿Cómo son los niños a los que arropáis y ayudáis?

Esta fundación ilumina futuros. Ahora mismo el futuro de 180 niños en situación de vulnerabilidad económica de Cuzco. Estamos en Urubamba, en el corazón del Valle Sagrado de los Incas. Un lugar mágico cuyo significado original es “Ciudad de Luz”. Y esa luz aquí se percibe, siente y se respira… Sin embargo, la realidad del Perú es dura y, más cuando hablamos de infancia. La gran mayoría de los niños llegan a la Fundación con desnutrición, anemia, parásitos y problemas bucodentales, además de psicológicos. Y el cambio que experimentan es sencillamente asombroso. Esta fundación transforma sus vidas y, por extensión, las de sus familias gracias a un programa integral que aúna educación, salud y nutrición para unos niños que, sin esta oportunidad, tendrían verdaderas dificultades para poder salir adelante.

Me gustaría resaltar también la importancia de ofrecer a los niños un entorno sano y seguro. En la Fundación los niños están bajo una protección amorosa por parte de todos los que la componemos y eso les  permite ser verdaderamente niños. Es decir, vivir su infancia a través del aprendizaje y el juego, sin tener que asumir algunas responsabilidades que por edad no les corresponden y que fuera de Niños del Arco Iris seguramente tendrían que asumir debido a sus circunstancias familiares y personales.

«La realidad de Perú es dura»

También hay un hotel,  que responde al mismo nombre que la fundación. ¿Qué podemos encontrar allí?

Las Casitas del Arco Iris son un auténtico remanso de paz abrazado por Los Andes. Perú es Tierra Sagrada y todo el que visita la fundación lo percibe. Realmente los terrenos en los que está construida la fundación están bendecidos y Helena van Engelen lo sintió al instante cuando los visitó por primera vez. De hecho, supo que era aquí porque en uno de los árboles de este gran bosque que hoy es la fundación había dibujado un Arco Iris.

Hoy, cada estancia en el hotel contribuye a financiar el proyecto. Y, por tano, repercute directamente en el bienestar de los niños y eso hace que las personas que nos visitan se sientan extraordinariamente bien al saber que su descanso ayuda a mejorar su futuro.

Todo en la Fundación está construido desde una visión espiritual. Y, por eso, la experiencia de Casitas está destinada a nutrir el alma. Aquí la conexión con la naturaleza, con la Pachamama, es clave. Y, espacios como el laberinto de meditación o la cúpula que han sido diseñados y proyectados desde una visión holística, ayudan a que el visitante se sienta extraordinariamente bien disfrutando al máximo de su alojamiento con propósito.

De esa conexión con Perú, además, nace el libro: ¿Quién no va a querer Jugar? 

Sí, lo escribí en el sur de Vigo, y al terminar de escribirlo, supe que era aquí donde la vida me estaba queriendo traer.

El libro se desarrolla en diferentes localizaciones de Perú entre el 9 de noviembre y el 14 de diciembre de 2022. Emma, la protagonista, emprende un viaje en solitario al país andino dos años después de recibir durante el confinamiento a causa de la pandemia mundial, una guía a través de su intuición, por la que entiende que la Madre Universal le está haciendo saber que en el Tiempo Perfecto del Plan Divino, viajará a Perú.

La joven lleva peregrinando desde el 2018 como parte de su Propósito Divino allí donde es invitada a acudir con el fin de “anclar” el amor. Es decir, poner amor donde no lo hay, ya que hay miedo y revelando, además, información clave para el despertar de la humanidad.

Emma viaja a Perú sólo con un billete de avión, pero sin itinerario previo. Lo que la llevará a vivir aventuras y experiencias maravillosas en lugares como Lima, Cuzco, el Valle Sagrado, Puno, Lago Titicaca, Abancay, Paracas o Iquitos, entre otros. Y en cada uno de ellos será guiada a realizar una labor de Servicio Planetario guiada y sostenida en todo momento por Dios Padre Madre.

La humanidad y el planeta se encuentran transitando por un momento de gran cambio energético, elevando cada día más su vibración a través de la luz y el amor. Una transición planetaria, la ascensión, que dará lugar, tanto a la nueva tierra como a la nueva humanidad. Tenemos que recordar que todos somos Seres Divinos viviendo una experiencia terrenal con el fin de recordar nuestro Origen.

Precisamente, Emma irá recordando precisamente esa información original o sabiduría ancestral perfectamente custodiada y codificada como Códigos de Luz, hasta el momento en el que la humanidad haya elevado su nivel de Conciencia lo suficiente como para poder recibirla.

¿Cuándo supiste que querías estar o tenías que estar en Perú trabajando con esta fundación?

Estoy aquí en respuesta a una llamada interna –llamado interno, como dicen aquí en Perú– que recibí en 2020 durante los meses de confinamiento de la pandemia. La Madre Divina me llamó a través de una imagen y, cuando la busqué en internet, resultó ser la Montaña de los Sietes Colores en Perú. El 9 de noviembre de 2022 aterricé en Lima por primera vez con el fin de hacer mi primer gran viaje en solitario.

Cinco semanas en las que, sin itinerario previo, recorrí diferentes lugares como Cuzco, Machu Picchu, el Lago Titicaca o la Selva Amazónica; donde conecté profundamente con la poderosa energía que tienen custodiada. La realidad es que aquí se encuentran algunos de los lugares más magnéticos del planeta, los cuales nos ayudan a todos a recordar nuestra verdadera esencia a través de la sabiduría ancestral.

«Por primera vez en mi vida, no pienso más allá, me siento profundamente en el presente»

¿Qué planes de futuro tienes?

Te diría que, por primera vez en mi vida, no pienso más allá. Aquí y ahora me siento profundamente en el presente y, lo cierto, es que eso me produce una paz inmensa. Siento que estoy donde quiero estar y haciendo la que es mi misión. Así que, aunque extraño a mis hermanos y sobrinos, mi misión en este momento está en Perú. Tanto en la Fundación De los Niños del Arco Iris como con mis libros cuyo único fin es ayudar a las personas a recordar. Y, con ello, a despertar.

Aquí están en este momento tanto mi propósito divino como mi misión de vida. Y a ellos me entrego desde el corazón porque hace tiempo que comprendí que vivimos para servir y servimos para amar. El plan siempre se impone, lo que es para ti, lo será, aunque te empeñes en que no sea. Perú estaba en mi plan de vida desde siempre y vivir aquí hace que me sientas profunda e inmensamente agradecida y feliz.