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Donald Trump, el día del asalto: «¡Soy el maldito presidente, llévame al Capitolio!»

6 de enero de 2021. Donald Trump regresaba en la limusina presidencial, La Bestia, de dar una encendida soflama junto a la Casa Blanca en un mitin con centenares de sus partidarios en La Elipse, un área cercana, y pensó que el chófer le conduciría al Capitolio, donde comenzaban los incidentes que acabarían en asalto. Cuando comprobó que se dirigían a casa, Trump se abalanzó hacia el volante, como queriendo cogerlo y gritando: «¡Soy el maldito presidente, llévame al Capitolio!». «No podemos ir, señor, debemos ir a la Casa Blanca», fue la respuesta del conductor del servicio secreto.

Esta berlanguiana escena ha sido descrita esta madrugada por Cassidy Hutchinson, ex asistente en el Ala Oeste de la Casa Blanca, en la sesión del comité del Congreso de EEUU que investiga la toma del Capitolio. Todo un mandatario de EEUU exigía marchar con la turba que trataba de impedir la certificación de la victoria electoral de Joe Biden en las elecciones presidenciales de 2020.

La funcionaria de la Casa Blanca aseguró que tanto Donald Trump, como su jefe de Gabinete, Mark Meadows, sabían que los partidarios del presidente estaban armados cuando se reunieron en La Elipse, el área cercana a la Casa Blanca y del Capitolio donde tuvo lugar el mitin de Trump antes de la asonada, dijo Hutchinson.

Tras conocerse la declaración de Hutchinson, Donald Trump ha salido rápidamente a desmentirla en su red social, asegurando que el episodio es totalmente «falso».

Meadows, quien pidió un indulto relacionado con el 6 de enero, se negó a testificar ante Comité del Congreso norteamericano desde que entregó miles de mensajes de texto y otros documentos en las primeras etapas de la investigación.

La última audiencia fue anunciada a último minuto en medio de preocupaciones por la seguridad de Hutchinson. Cheney, presidenta del comité que investiga el asalto, sugirió que los ex funcionarios de Trump estaban tratando de intimidar a los testigos.