Armenia sigue peleando por el reconocimiento internacional del genocidio
Este fin de semana se ha conmemorado el genocidio armenio, considerado el primer genocidio del siglo XX. Coincidiendo con el aniversario de esta tragedia, el presidente estadounidense Joe Biden ha decidido reconocer oficialmente como genocidio las masacres perpetradas contra población armenia entre 1915 y 1923 en el Imperio Otomano. Se estima que 1,5 millones de personas fueron asesinadas en un proceso de limpieza étnica contra los armenios.
La decisión del Gobierno estadounidense ha vuelto a poner en el foco de la actualidad este suceso que, pese a su relevancia histórica y el peso que aún tiene en la sociedad armenia, no ha sido reconocido por toda la comunidad internacional. Además de no reconocerlo, hay países como Turquía o Azerbaiyán que todavía lo niegan. Incluso existe un estado que ni siquiera ha reconocido a Armenia como país. Pakistán, como “forma de solidaridad” con Bakú por los conflictos que ha mantenido con Ereván, no considera a Armenia una nación.
La población armenia formó parte del Imperio Otomano durante siglos, al igual que los griegos o los asirios. Dos comunidades que comparten una historia común con los armenios, ya que ambos sufrieron asesinatos y deportaciones masivas a manos de la organización Jóvenes Turcos durante el mismo período de tiempo. Los armenios en el Imperio Otomano no gozaban de los mismos derechos que la población turca, por lo que a partir de 1890 comenzaron a protestar exigiendo igualdad. Cuatro años después, con el objetivo de suprimir las manifestaciones, comenzaron las denominadas “masacres hamidianas”, principal antecedente del genocidio. Estas matanzas sistemáticas durarían hasta 1986. Se conocen así por el sultán Abdul Hamid II, quien ordenó los asesinatos.
Dentro de los antecedentes también es necesario destacar la masacre de Adana de 1909, ciudad sureña del país en la que entre 15.000 y 30.000 armenios fueron torturados y asesinados. A partir de 1914 las autoridades otomanas comienzan una campaña de desprestigio contra los armenios, a los que consideraban “una amenaza para la seguridad nacional”. Poco después comenzaron los primeros asesinatos en masa en pequeños pueblos armenios, donde las fuerzas otomanas apenas encontraron resistencia.
El genocidio armenio se inició en el marco de la Primera Guerra Mundial, después de la derrota otomana ante el Imperio Ruso en la Batalla de Sarikamish en enero 1915. A partir de este momento los Jóvenes Turcos, que no reconocieron su propio fracaso, comienzan a culpar a los armenios y a acusarlos de conspirar contra el Imperio Otomano. Por este motivo, los soldados armenios y otros no musulmanes fueron apartados del ejército y asesinados, convirtiéndose en las primeras víctimas del genocidio.
El 24 de abril de ese año, Talat Bajá, miembro de los Jóvenes Turcos y uno de los responsables directos del genocidio, ordenó arrestar a 250 intelectuales armenios. Esta es la fecha elegida para conmemorar el genocidio ya que se considera que con la detención de estos intelectuales comenzaron los asesinatos masivos contra la población armenia.
Un mes después de los arrestos, empezaron las deportaciones. El 29 de mayo de 1915 se aprueba la “Ley Temporal de Deportación”, por la que el Gobierno otomano tiene el derecho de deportar a cualquiera que se considere una amenazada para la nación. Aquí es cuando realmente comienza la gran tragedia del pueblo armenio, una tragedia injustamente tratada por una comunidad internacional que no es consciente de lo que todavía supone para la identidad armenia. Descendientes de supervivientes que tienen que soportar como aún muchos países no han reconocido el sufrimiento que vivieron sus familiares.
Miles de armenios fueron trasladados a campos de concentración en el desierto sirio, aunque muchos fallecieron en las llamadas “marchas de la muerte” debido a la sed, al hambre o al cansancio. Los que lograron llegar vivos tuvieron que enfrentarse a unas condiciones inhumanas, donde faltaba la comida y el agua. Asimismo, fueron víctimas de asesinatos, torturas y violaciones.
El periódico The New York Times fue uno de los primeros medios de comunicación que informó sobre las masacres. En 1915 publicó varios de artículos explicando los acontecimientos, calificándolos como un “exterminio racial planeado y organizado por el Gobierno”. En agosto de ese año publicó una noticia informando de que “un millón de armenios eran asesinados o exiliados”. El periódico estadounidense recogió testimonios que aseguraban haber encontrado cientos de cuerpos y huesos en los campos de Anatolia. También se describió desde ciudades sirias las condiciones en las que llegaban los supervivientes, que parecían “esqueletos vivientes”.
El reconocimiento estadounidense arroja esperanza a un pueblo que todavía busca justicia y apoyo internacional. Tan solo una treintena de países reconoce el genocidio armenio. Muchos estados no lo hacen por las consecuencias que puede tener a las relaciones con Turquía, como sucedió durante años en Washington. Ronald Reagan fue el primer presidente estadounidense en hablar de genocidio armenio, pero no llegó a reconocerlo oficialmente por el temor a las represalias turcas. Algo similar ocurrió con Barack Obama, dispuesto a dar el histórico paso pero condicionado por Turquía, aliado clave de la OTAN.
La numerosa comunidad armenia residente en Estados Unidos ha celebrado la decisión de Biden mientras conmemoraba el aniversario del genocidio. Entre la alegría por las declaraciones de Biden y la emoción al recordar a familiares que sufrieron el genocidio, el pueblo armenio se siente un poco más respaldado por la sociedad internacional.
Los activistas armenios en Estados Unidos han agradecido al Gobierno su decisión histórica, además de plantar cara a Turquía. “Con este reconocimiento, Washington ha trasmitido que ya no permitirá que los derechos humanos sean tratados como una mercancía que puede negociar con Turquía”, ha declarado Alex Galitsky, director de comunicación del Comité Nacional de Armenia de Estados Unidos. Galitsky también señala que este reconocimiento se debió haber hecho “hace mucho tiempo”.
“Esta declaración del presidente Biden nos da esperanza de que nuestra causa aún pueda continuar”, asegura Nora Hovsepian, presidenta del Comité Nacional Armenio y descendiente de sobrevivientes del genocidio. No obstante, subrayan que esto no es todo, que su lucha continuará. Esta decisión es tan solo un paso fundamental para alcanzar la justicia y el reconocimiento internacional que tanto tiempo llevan anhelando.
Lo último en Internacional
-
Matt Gaetz renuncia a ser el fiscal general de Trump: «No quiero ser una distracción»
-
La Corte Penal Internacional emite una orden de arresto contra Netanyahu por crímenes de guerra
-
La televisión de Putin muestra los países europeos que atacaría Rusia respondiendo a EEUU: ¿España se libra?
-
Ucrania lanza misiles británicos Storm Shadow por primera vez contra territorio ruso
-
Zelenski alerta de la derrota de Ucrania si Trump corta la financiación y Biden le envía minas antipersona
Últimas noticias
-
Buenas noticias de la Seguridad Social: estos jubilados van a cobrar dos pagas extras de Navidad
-
El pueblo a 2 horas de Madrid con las mejores bodegas de España: lo llaman el Chicago de la Mancha
-
Adiós al Abono Transporte en Madrid: el giro confirmado que lo cambia todo
-
Dicen que es el buffet libre más grande de Madrid: la cantidad de comida es bestial y sólo cuesta 16 euros
-
Confirmado por Hacienda: ésta es la cantidad que vas a tener que pagar si te toca la Lotería de Navidad