¿Cómo se hace?
Mascotas

Cómo preparar a tu perro para ir al veterinario

Un buen paseo y algunas recompensas pueden ser algunas de las claves para preparar a tu perro para ir al veterinario.

Llevar a nuestro perro al veterinario es algo que tenemos que hacer de manera regular, para su control de vacunas o en casos excepcionales cuando el animal se pone enfermo o resulta herido. Muchos son los perros que se ponen nerviosos al respecto, de modo que vamos a ofrecerte ahora una guía de pasos en la que te explicamos cómo preparar a tu perro para ir al veterinario.

En ocasiones la experiencia de llevar a nuestro perro al veterinario puede convertirse en un suplicio para el animal. Lo cierto es que muchas veces no pensamos en que tal vez la «preparación» puede ser la clave para evitar que una vez en la clínica el perro se niegue a entrar o que se ponga demasiado nervioso e incluso nervioso. Veamos entonces cómo proceder.

Pasos para preparar a tu perro para ir al veterinario

  1. Lo primero de todo será que actuemos como si de un día normal se tratara. No debemos estar nerviosos o estar demasiado encima del perro porque ellos lo notan y puede que comiencen a sospechar que les toca ir al veterinario ya sea por una vacuna o porque se han puesto malos.
  2. Procura evitar ir al veterinario directamente, es decir, si tienes tiempo o el perro no está grave (es decir, que no tengamos que acudir de urgencia), será bueno que le des un paseo cerca de la clínica para que sienta que se trata de un paseo más y sobre todo para que se canse un poco y de este modo no pueda acumular tantos nervios.
  3. En el caso de que el perro sepa el camino del veterinario o presienta hacia donde se dirige y se muestre intranquilo durante el paseo, será bueno que lleves contigo algunas recompensas o «chuches» para que se las des y de este modo lo puedas tranquilizar y te haga caso.
  4. Por otro lado debes procurar que el perro esté tranquilo también mientras espera a que le toque la visita o que el veterinario le atienda. Si es un perro pequeño puedes tenerlo en brazos, en el caso de que sea grande, o de tamaño mediano será bueno que estés sentado en la salita de espera y que tengas al perro al lado. Llama su atención con las recompensas o con otro perro que esté también esperando con el que se pueda relacionar.
  5. Cuando el veterinario se disponga a evaluar al perro o a vacunarlo, será bueno que nos coloquemos siempre a su lado para que nos vea y le podamos calmar. En caso de que sea un perro capaz de morder si el veterinario lo toca, debemos advertirlo para que valore el colocarle o no un bozal.
  6. Tampoco estará de más que nos acostumbremos a comprobar en casa que nuestra mascota está bien. RevisEmos periódicamente los dientes, oídos, ojos, además de tocarlo en cualquier lugar sin problemas. Por un lado, esto ayudará al perro a soportar mejor las mismas manipulaciones por parte de un extraño, y por otro lado, nos permitirá poder ayudar durante la visita.

Educar al perro para enfrentar reuniones con el veterinario sin temor y agitación es un paso fundamental para la serenidad de tu amigo peludo (y la tuya).