Historia
Descubrimientos

Hallazgo insólito: encuentran a 100 kms de España una figura con signos de una rara enfermedad genética

  • Ana López Vera
  • Máster en Periodismo Deportivo. Pasé por medios como Diario AS y ABC de Sevilla. También colaboré con la Real Federación de Fútbol Andaluza.

Un descubrimiento arqueológico en la antigua ciudad de Bracara Augusta, hoy Braga (en el norte de Portugal), ha captado la atención de historiadores y arqueólogos.

Una figurilla de bronce del siglo II d.C., desenterrada en las excavaciones del monte Cividade, presenta características faciales inusuales que han llevado a los investigadores a especular sobre la posibilidad de que la persona que sirvió como modelo padeciera el síndrome de Crouzon, una rara enfermedad genética.

Este hallazgo, que se sitúa a unos 100 km de la frontera española y que ha sido publicado en la revista Antropología Portuguesa, destaca por su valor arqueológico y por su potencial para enriquecer la comprensión de las enfermedades en la antigüedad.

Así es la figura que encontraron en Braga y ésta es la enfermedad que representa

La pieza de bronce encontrada exhibe rasgos distintivos que incluyen ojos protuberantes (exoftalmos), desviación ocular (exotropía) y una notable asimetría facial.

Estas peculiaridades llevaron a los expertos a aplicar el iconodiagnóstico, una técnica que utiliza el arte como herramienta para identificar posibles condiciones médicas en el pasado.

El síndrome de Crouzon, una forma de disostosis craneofacial causada por una mutación genética, encaja con estas características, provocando el cierre prematuro de las suturas craneales y deformidades faciales.

Es importante resaltar que, si bien esta condición era desconocida para los médicos de la época romana, la detallada representación de la figurilla evidencia la habilidad del artista para plasmar con precisión las particularidades de su modelo.

Esta precisión artística es fundamental para la investigación, ya que permite a los expertos estudiar las enfermedades del pasado a través del arte. La figurilla no sólo es notable por sus rasgos faciales, sino también por sus atributos simbólicos. Lleva una corona mural, símbolo tradicional de las diosas protectoras de las ciudades grecorromanas.

Sin embargo, en lugar de la típica cornucopia, esta figura sostiene una serpiente enroscada en un bastón, un atributo más asociado con las deidades de la salud como Asclepio e Higía.

Por otra parte, la asociación de la figurilla con la diosa Salus, equivalente romana de Higía, sugiere una conexión con los cultos de la salud y la protección comunitaria en Bracara Augusta. Por otro lado, a diferencia de las representaciones comunes de figuras divinas, esta figurilla destaca por sus rasgos inusuales y una expresión facial triste.

Esto ha llevado a los investigadores a especular sobre el rol social y religioso de la persona representada, sugiriendo que podría tratarse de una sacerdotisa seleccionada por sus características físicas, las cuales podrían haber sido interpretadas como marcas divinas dentro de tradiciones chamánicas.

Importancia del descubrimiento de esta estatuilla romana del siglo II d.C.

El hallazgo de esta estatuilla tiene un valor significativo para la paleopatología. Aunque se han documentado casos históricos de síndrome de Crouzon, como en el caso del faraón Tutankamón y posiblemente Pericles, esta figurilla es única en el contexto grecorromano.

Es la primera vez que se plantea esta condición en una figura de esta época, haciendo de esta pieza un testimonio valioso sobre las reacciones humanas ante fenómenos inexplicables.