Historia
Descubrimiento arqueológico

Hallazgo histórico en EEUU: aparecen los restos de un mítico corsario español que explotó en el siglo XVIII

El reciente hallazgo de unos restos en el sitio histórico de Brunswick Town/Fort Anderson (EE.UU.) despertó el interés de la comunidad arqueológica internacional. Los trabajos realizados por especialistas de la Universidad del Este de Carolina han sacado a la luz vestigios que podrían pertenecer a un mítico corsario español desaparecido durante el siglo XVIII.

El lugar de la excavación se relaciona con una etapa marcada por enfrentamientos coloniales en la costa atlántica de América del Norte. Las primeras pruebas sugieren que el pecio estaría asociado a un corsario español que operaba en aguas del Caribe y que participó en un ataque contra instalaciones británicas en 1748.

¿Cuál es la historia detrás de los restos hallados de un mítico corsario español?

Los arqueólogos del Programa de Estudios Marítimos de la Universidad del Este de Carolina recuperaron más de cuarenta fragmentos de madera que se encontraban bajo el lecho del río Cape Fear. El análisis inicial indica que algunos trozos conservaban marcas de herramientas propias de la carpintería naval del siglo XVIII.

Las pruebas botánicas mostraron que la embarcación fue construida con ciprés de Monterrey y ciprés mexicano, especies presentes únicamente en regiones bajo control hispano, como California y América Central.

Esto refuerza la hipótesis de que se trate de un corsario español acuñado como «La Fortuna» procedente de Cuba. Los restos se hallan cerca del lugar en el que, en 1985, se recuperó un cañón datado en el mismo periodo histórico y que también fue vinculado con esta nave.

El ataque de 1748 y la desaparición de este corsario español

La denominada Guerra del Rey Jorge, enfrentamiento colonial que involucró a España, Francia y Gran Bretaña, tuvo repercusión directa en las costas de Carolina del Norte. En septiembre de 1748, varios corsarios españoles desembarcaron en Brunswick Town con el objetivo de atacar este puerto británico.

Entre ellos se encontraba el navío La Fortuna. Tras un intento de incursión terrestre repelido por las tropas inglesas, la tripulación regresó a su barco.

Durante el intercambio de fuego con la artillería enemiga, una explosión interna provocó la destrucción de la nave. El capitán y buena parte de la tripulación perecieron en el incidente.

El pecio quedó sumergido en las aguas del Cape Fear, donde permaneció oculto hasta el descubrimiento reciente.

Excavaciones y nuevos hallazgos en Brunswick

El verano de excavaciones en el sitio histórico de Brunswick Town/Fort Anderson no sólo reveló los posibles restos de La Fortuna. También se localizaron otros tres naufragios coloniales de menor envergadura:

Junto a estas estructuras, los investigadores documentaron dos muelles de madera, una calzada sobre la marisma y diversos artefactos que ofrecen información sobre la vida colonial, el comercio marítimo y la defensa militar de la zona.

Conservación y riesgos para el patrimonio

El equipo de arqueólogos advirtió que los naufragios y restos portuarios de Brunswick Town se encuentran amenazados por la erosión costera. El dragado del canal, las marejadas y el aumento de tormentas han dejado expuestos materiales que antes permanecían protegidos bajo la marisma.

Por este mismo motivo, se emprendió una recuperación de emergencia de los fragmentos atribuidos al corsario español La Fortuna. Las piezas fueron trasladadas al Laboratorio de Conservación Queen Anne’s Revenge, en Greenville, donde se someterán a tratamientos especializados.

Jason Raupp, director del proyecto, señaló que el hallazgo constituye una oportunidad para comprender mejor el papel de Brunswick como uno de los primeros puertos coloniales de Carolina del Norte. Además, resaltó el valor educativo del proceso para los estudiantes implicados en la investigación.

¿Y qué ocurrió con el botín tras el hundimiento?

Las crónicas locales señalan que, tras la explosión y hundimiento del corsario español, la nave fue desvalijada. El botín recuperado sirvió para financiar la construcción de dos templos en la región: la iglesia de San Felipe en Brunswick y la iglesia de San Jaime en Wilmington.

Este detalle conecta el naufragio con la historia social y religiosa de las comunidades coloniales, reforzando la relevancia del hallazgo arqueológico actual.