Historia
Costumbres medievales

Una de las costumbres más repulsivas de la Edad media fue culpa del rey Carlomagno y la prohibió el Papa

  • Manuel Morera
  • Periodista y fundador del pódcast V9, el programa de F1 más escuchado de España. Universidad de Valencia y Radio 3. Anteriormente en ElDesmarque, Levante TV y Las Provincias.

En la Edad Media no tenían los hábitos de higiene que hemos desarrollado en el siglo XXI, por lo que hay prácticas medievales que nos parecen asquerosas. Sin embargo, ya entonces existía una costumbre de lo más perturbadora.

Una que resultaba vomitiva a muchas personas de aquella época es el Mos Teutonicus, una práctica funeraria en la que hervían y desmembraban los cadáveres humanos para trasladarlos con más facilidad.

Se impuso entre los siglos X y XIII en varias zonas de Europa por orden directa de Carlomagno, que prohibió la cremación bajo pena de muerte. Tuvo que ser el propio Papa quien acabase con una costumbre tan macabra.

La costumbre más macabra de la Edad Media fue impuesta por Carlomagno

Cabe destacar que mucha gente en el medievo ya pensaba que el Mos Teutonicus era una práctica realmente macabra, ya que consistía en hervir y desmembrar los cuerpos de nobles y reyes para poder trasladar los restos largas distancias.

Esta costumbre tan escalofriante fue impuesta por el rey Carlomagno, que prohibió la cremación de los cuerpos temeroso de que fuera equivalente a la destrucción del alma.

De hecho, cualquiera que redujera un cuerpo a cenizas podía ser condenado a pena de muerte. Debido a esta decisión, tuvieron que buscar un método alternativo para conservar los restos mortales cuando había que transportarlos muchos kilómetros.

En qué consistía la práctica funeraria medieval del Mos Teutonicus

El procedimiento comenzaba con el desmembramiento del cadáver. Una vez separadas las extremidades y órganos, las partes del cuerpo se hervían en agua, vino, leche o vinagre durante horas.

Gracias a la ebullición era posible separar la carne de los huesos, que quedaban completamente limpios tras raspar cualquier residuo. A los órganos internos no se les daba tanta importancia, pero podían ser enterrados o conservados.

Los huesos sí que estaban considerados como la parte noble del cuerpo, por lo que se rociaban con perfumes y eran preparados para el transporte. Esto era relativamente común, ya que los nobles podían morir lejos debido a las contiendas bélicas o a las dificultades de transporte.

Aunque es cierto que la práctica era muy extrema, la parte positiva es que era la forma más higiénica y económica de devolverlos a casa una vez rechazada la cremación. Hay que tener en cuenta que un recorrido de kilómetros podía alargarse semanas.

El término Mos Teutonicus no es casualidad, sino que fue acuñado por el cronista florentino Boncompagno y significa «la costumbre germánica», debido a que estuvo especialmente extendida entre aristócratas alemanes.

Por qué la Iglesia Católica se opuso a esta costumbre de la Edad Media

El Vaticano guarda muchos misterios y, sobre todo en la Edad Media, hay relatos de jerarcas de la Iglesia espeluznantes. Sin embargo, también se opusieron a prácticas que consideraban macabras.

El Papa Bonifacio VIII ha pasado a la historia como uno de los más polémicos, pero en el 1300 decidió abolir el Mos Teutonicus con la bula De Sepulturis, con lo que puso fin a dicha costumbre.

El pontífice consideraba que la integridad del cuerpo era fundamental y sentía repugnancia hacia esta forma de manipular los restos humanos. La decisión papal generó confusión y durante siglos se creyó erróneamente que también se había prohibido la disección anatómica.