Historia
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Batalla de Esfacteria: La única rendición de Esparta

Esparta solo sucumbió una vez en el campo de batalla. Fue en Esfacteria

Durante la primera fase de la guerra del Peloponeso, se produjo uno de los acontecimientos más impensables de la historia conocida hasta entonces. Los hoplitas de Esparta tuvieron que rendirse ante una tropa de infantería ateniense, que supuso, la primera y la única rendición del ejército espartano  lo largo de su historia.

La guerra del Peloponeso fue un conflicto duro entre las dos naciones más prósperas del momento en Europa, y la batalla de Esfacteria supuso un empujón para los interese de Atenas en el futuro.

La batalla de Esfacteria

Los espartanos han tenido, y tienen, la imagen de ser de los mejores guerreros de la historia en el campo de batalla. Para el ejército de Esparta la rendición no existía y para se educaban como guerreros profesionales. Es por esto, que la multitud de textos antiguos los sitúa como una de las naciones guerreras más importantes de la antigüedad.

La batalla de Esfacteria no rompió este mito, pero sí que devolvió la ilusión a las tropas de Atenas que vieron que los soldados espartanos también eran de este planeta.

En el año 425 a.C. Atenas envió un ejército para luchar en Sicilia y ayudar así a sus aliados en la zona de Corfú. Este ejército que navegaba durante días, fue sorprendido por una tremenda tempestad y tuvieron que refugiarse en la isla de Pilos.

Estos atenienses, antes de marchar, decidieron dejar un contingente de hombres armados para controlar el paso de Pilos. Esparta reaccionó a este movimiento enviando a 440 soldados hoplitas para procurar que estos atenienses no pusieran en peligro su territorio.

Con la salida de otros contingentes para defender Pilos, los 440 hoplitas quedaron aislados en Esfacteria, a merced de los ataques atenienses que contaban con una tropa mucho más numerosa.

72 días de negociaciones

Con los hoplitas aislados, comenzaron unas semanas de negociaciones para liberar a este pequeño ejército de Esparta que, por primera vez, se vio realmente asediado por la infantería de Atenas.

Después de que desembarcaran una fuerza de 800 hoplitas atenienses y 200 soldados más, los espartanos aislados veían mucho más lejana su victoria, aunque su espíritu guerrero les pidiera salir a defenderse o morir.

El comandante al frente de los espartanos decidió pedir la rendición, pero no sería él quien tomara la decisión. Pidió a los atenienses que le dejaran mandar a un mensajero para consultar instrucciones. La respuesta fue clara por parte de Esparta a sus hombres: decidid vosotros mismos siempre que sea honorable.

Por primera vez en la historia de Esparta, los hoplitas del ejército arrojaron sus armas y se rindieron. De los 420, murieron 128 y el resto fueron llevados a Atenas como prisioneros en la única rendición de Esparta.