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Televisión

Patricia Pérez: la presentadora de televisión que casi muere por culpa una galleta

En su mejor momento profesional tuvo un gran problema de salud que casi le cuesta la vida

Los aficionados a la televisión de finales de los años 90 y comienzos de los años 2000 es posible que recuerden a Patricia Pérez, una de las presentadoras de televisión llamadas a triunfar. La gallega lo tenía todo, pero un problema de salud casi le hace morir por culpa de una galleta, lo que le hizo cambiar de vida por completo.

Aunque su primer trabajo importante en televisión fue en el año 1993 en ‘El gran juego de la oca’ de Antena 3, no fue hasta finales de esa década cuando comenzó a hacerse conocida. Tras su paso por Argentina, regresó a España para triunfar en programas como ‘Mamma Mia’ en Telemadrid.

Patricia Pérez fue una de las caras de la mejor época de Telemadrid

Junto a Víctor Sandoval formó una de las parejas más de moda gracias a su estilo desenfadado a la hora de dar la información del corazón. Sus bailes y sus karaokes se adelantaron en 1999 al nacimiento de ‘Aquí hay tomate’, que llegaría en 2003 a Telecinco.

En su mejor momento, con tan solo 26 años, Patricia Pérez sufrió una anafilaxis que le provocó un shock multiorgánico y la desfiguración de toda la cara por la reacción alérgica que le provocó. La culpable: una galleta que se había comido momentos antes.

Según relató en una entrevista al portal Jaleos, fue socorrida por varias personas que pasaban por la calle, siendo un taxista el que la llevó hasta un hospital. Allí,  los médicos le diagnosticaron una tremenda alergia a los ácaros, al moho, a las nueces y a algunos conservantes.

Junto a Tania Llasera presentó ‘Vuélveme loca’ en Telecinco

Además de los pertinentes tratamientos,  le prohibieron comer alimentos crudos o acudir un restaurante. Seguir estos consejos podían salvarle, literalmente, la vida.

No han sido sus únicos problemas de salud importantes que han afectado a su carrera. En 2006, en pleno éxito de ‘Mamma mía’, en Telemadrid, Patricia Pérez comenzó a sufrir una de las consecuencias de la falta de descanso: se estaba quedando calva.

El ritmo frenético de trabajo y la gran presión de la televisión le estaban pasando factura, tanto que padecía una alopecia areata. Estos dos problemas provocaron un cambio en su forma de vivir, por lo que decidió cambiar sus hábitos por completo.

Durante un tiempo compaginó su trabajo en televisión con sus estudios de nutrición, pero llegado un momento se centró en su nueva carrera como asesora nutricional. En la actualidad se dedica por completo a ello, además con gran éxito, habiendo publicado varios libros con sus consejos.