El terrorista de Algeciras confiesa que quería matar a todos los sacerdotes de las iglesias que atacó
El terrorista de Algeciras confiesa que quería matar a todos los sacerdotes de las iglesias que atacó. Yassine Kanjaa, el autor del atentado yihadista de Algeciras ha confesado que su intención era matar a todos los sacerdotes que se encontraban en las iglesias. Eligió a sus víctimas de forma consciente y deliberada.
Su interrogatorio se ha prolongado durante más de dos horas en el Juzgado Central de Instrucción 6 de la Audiencia Nacional, y de sus declaraciones el juez ha concluido que Kanjaa llevó a cabo un ataque yihadista en toda regla dirigido contra sacerdotes católicos y musulmanes que no siguen los preceptos del Corán.
A pesar de que los informes policiales confirman que Yassine era un desconocido para la Policía que ignoraba su reciente radicalización religiosa, y que no se había visto inmerso en ningún tipo de altercado o actuación policial previa, el detenido sí se había radicalizado totalmente hasta el punto de cometer los atentados de Algeciras.
En el auto que decreta el ingreso en prisión provisional del terrorista, el juez se apoya en las declaraciones de los testigos, que han confirmado que en el ultimo mes o mes y medio, Yassine dejó radicalmente la bebida y las drogas, dedicando su tiempo a escuchar audios del Corán a través de su teléfono móvil. Este espacio de radicalización que se prolonga durante aproximadamente un mes, coincide con su actividad en las redes sociales y el volcado de sus teléfonos, que constatan como poco antes de los ataques a las iglesias de Algeciras, ya estaba totalmente radicalizado como terrorista yihadista.
Todo esto se tradujo en su capacidad para actuar de manera consciente e intencionadamente el mayor daño posible, como hizo durante los ataques de Algeciras, intentando mantener el control de la situación. Así, el juez resalta que Yassine, teniendo la opción de causar daños mayores (atacando a los feligreses y a viandantes) focaliza su ataque sobre sus objetivos elegidos previamente ya que reconoce que su intención era matar a todos los sacerdotes que estaban en las iglesias. En segundo lugar, también elige como víctima a un marroquí al que considera infiel, por creerle un converso que no practicaba la religión auténtica, y le ataca con intención de matarle pero sin éxito.
Por todo esto, el magistrado considera que se encuentra ante un terrorista autoadoctinado que actúa de forma individual y lleva a cabo su ataque en nombre del fenómeno yihadista. Además, dada la gravedad de los hechos y el riesgo de fuga, el magistrado accede a la petición de la Fiscalía de acordar la prisión provisional para el yihadista.