El Supremo anula la condena a un hombre que estuvo 15 años preso al ser confundido con un violador
El informe del semen no se correspondía con el acusado
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El Tribunal Supremo ha anulado la condena a Ahmed Tommouhi, un hombre que estuvo 15 años preso por dos agresiones sexuales que se cometieron en la década de los 90. El hombre fue confundido con un violador de Barcelona por su parecido físico. Unos informes periciales sobre el semen encontrado en una prenda íntima de la mujer agredida han terminado por dar un giro a la vida de Tommouhi.
Los magistrados han aceptado el recurso que presentó el hombre contra la sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona que le condenó como autor de dos delitos de violación y dos faltas de lesiones a 24 años y 22 días de prisión.
El Supremo ha avanzado el fallo este jueves y se prevé que en los próximos días haga pública la sentencia íntegra. Ahmed Tommouhi fue puesto en libertad condicional el 18 de septiembre de 2006 tras cumplir más de las tres cuartas partes de su condena.
La Sala de lo Penal se ha reunido esta semana para tratar el caso, después de que el pasado mes de enero permitiera a la defensa del condenado presentar un recurso de revisión dado los «elementos de prueba y nuevos hechos» presentados por el condenado. La Fiscalía se opuso a que el hombre presentara dicho recurso.
El recurso del condenado se basaba en nuevos elementos de prueba como unos informes periciales sobre el semen encontrado en una prenda íntima de la mujer agredida y que «no se corresponde» con los marcadores del condenado.
Según exponía el acusado en su recurso, dichos informes se realizaron en 1992 por la Policía Científica de Barcelona pero nunca llegaron a conocimiento del tribunal pese a ser una prueba admitida que formaba parte del procedimiento dado que los peritos no acudieron a declarar en la vista oral y la Audiencia no suspendió el juicio para su citación. Todo ello «pese a ser una prueba admitida».
En la lista de pruebas también se encuentra la testifical de los peritos y una declaración de la víctima, cuyo testimonio fue «la única prueba tomada en consideración la Audiencia Provincial de Barcelona» para la condena. La propia víctima reconoció posteriormente en una entrevista «su equivocación al momento de identificar» a Ahmed Tommouhi.
Los problemas para Tommouhi comenzaron en 1991, año en el que se produjeron varias violaciones en las provincias de Barcelona y Tarragona. Él y su compatriota Abderrazak M. fueron encarcelados. Sin embargo, un informe de la Guardia Civil de 1993 aseguraba que no existían indicios de que ambos hombres se conocieran.
En un principio se le acusó de 17 delitos a Ahmed Tommouhi. Le acabaron condenado a más de 100 años de prisión por cuatro violaciones y un robo. Sin embargo, las únicas pruebas contra él fueron los supuestos «reconocimientos» por parte de las víctimas.
Abderrazak M., que también sostuvo siempre su inocencia y no aceptó una indemnización de 18 millones de pesetas por parte del Estado tras la anulación de su sentencia por parte del Supremo, murió de un infarto en la cárcel en el año 2000.
En 1995 la Policía detuvo a otro hombre, Antonio G.C., muy parecido físicamente a Tommouhi, por varias violaciones muy similares a las de 1991. La Guardia Civil pudo demostrar que una de las cuatro violaciones que se imputaban a Tommouhi fue cometida por Antonio G.C., gracias a las pruebas del ADN. Sin embargo, de las otras tres violaciones no se conservaban tejidos o restos biológicos analizables, por lo que a Tommouhi todavía le imputaban tres agresiones sexuales.
Sin indulto
Ahmed Tommouhi estuvo 15 años en prisión a la espera de un indulto que nunca llegó, que el Tribunal Supremo había recomendado y que el fiscal jefe de Cataluña, José María Mena, había solicitado en 1999. Ni el Ejecutivo del PP ni el del PSOE se atrevieron a concederlo a un condenado por cuatro violaciones, aunque los socialistas lo habían reclamado cuando estaban en la oposición.
Además, el Tribunal Supremo denegó en junio de 2000 a la defensa la autorización necesaria para presentar un recurso de revisión al considerar que las dudas sobre la participación de Tommouhi que podían suscitar las nuevas pruebas no eran «suficientes» para establecer «de forma inequívoca y terminante la inocencia del condenado».